El ejército estadounidense confirmó un nuevo ataque en aguas del Caribe que resultó en la muerte de tres individuos vinculados al narcotráfico. Este hecho fue anunciado por el ministro de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth, quien detalló las operaciones como parte de una estrategia más amplia del gobierno.
«Hoy, bajo las órdenes del presidente Trump, se llevó a cabo un ataque cinético letal contra un buque involucrado en narcotráfico operado por una Organización Terrorista Designada (OTD)», declaró Hegseth en un breve comunicado. El barco había sido previamente identificado por los servicios de inteligencia debido a su participación en actividades de contrabando de drogas.
Las víctimas eran los únicos ocupantes del barco, el cual transitaba una ruta conocida por el tráfico de estupefacientes. Hegseth enfatizó la seriedad de la amenaza que representan estos narcoterroristas, afirmando que su objetivo es envenenar a los estadounidenses, y que las fuerzas militares los tratarán con la misma determinación que se aplica a organizaciones como Al Qaeda.
Desde el inicio de septiembre, EE.UU. ha intensificado sus operaciones militares en el Caribe y el Pacífico, realizando una serie de ataques aéreos contra barcos sospechosos de estar ligados al narcotráfico. Este último ataque representa el decimosexto en un periodo corto, en el cual el gobierno estadounidense ha alegado que sus operaciones han llevado a la muerte de un número significativo de individuos, aunque mecánicamente se cuestiona la veracidad de estas afirmaciones.
A pesar de la contundencia de estos ataques, varios analistas han puesto en duda la legalidad de actuar en aguas internacionales contra objetivos que no han sido interceptados ni interrogados previamente. En este sentido, muchos expertos advierten sobre las implicaciones éticas y legales de estas acciones.
En el contexto de estas operaciones, el despliegue militar de EE.UU. en el Caribe es el más importante desde su intervención en Panamá, y está notablemente dirigido hacia el presidente venezolano, Nicolás Maduro, quien ha sido acusado de formar parte de una red de narcotráfico conocida como el Cártel de los Soles.
Recientemente, Maduro ha negado estas acusaciones, argumentando que su país es víctima de una campaña de desestabilización por parte del gobierno estadounidense. En coincidencia con las operaciones en el Caribe, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos hizo un llamado a EE.UU. para detener sus actividades militares y realizar investigaciones independientes sobre las acciones realizadas.
El anuncio de Hegseth llega en un momento delicado, ya que Trump afirmó que no está considerando ataques dentro de Venezuela, a pesar de informaciones de medios que sugieren que el Pentágono está preparado para acciones similares. Estas declaraciones generan controversia, especialmente tras declaraciones anteriores de Trump sobre una posible expansión de los ataques hacia tierra firme en el país sudamericano.




