Sindicatos de la Policía Nacional y la Guardia Civil denuncian la ineficacia del nuevo sistema VioGén 2.0, calificándolo de «bomba de relojería». Los agentes aseguran que los fallos técnicos constantes y los errores en la evaluación de riesgo dejan a las víctimas de maltrato en un estado de indefensión crítica.
Los fallos técnicos que paralizan la protección a las víctimas
Una investigación reciente ha puesto al descubierto la grave situación que enfrentan los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado a la hora de aplicar las medidas de protección a las víctimas de la violencia machista. La denuncia, proveniente de múltiples plataformas sindicales policiales, señala al Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género (VioGén), específicamente en su versión VioGén 2.0, como un obstáculo operativo.
El principal problema denunciado son los constantes fallos técnicos de la plataforma. Los agentes reportan que el sistema se encuentra frecuentemente «caído» o que funciona con una lentitud desesperante. Esta inoperatividad impide a los policías acceder a la información actualizada de las víctimas o de sus agresores en tiempo real, lo cual resulta crítico en situaciones de emergencia.
La necesidad de consultar, actualizar o modificar expedientes es una tarea que se vuelve inasumible debido a la sobrecarga del sistema, desviando el valioso tiempo de los agentes que debería dedicarse a la presencia física y a las labores de protección directa de las víctimas.
El riesgo de la inexactitud: asignación errónea de niveles de peligro
Más allá de los problemas de hardware y software, la crítica más severa se dirige a la evaluación del riesgo implementada en VioGén 2.0. El nuevo algoritmo de valoración, diseñado para determinar el nivel de peligro de la víctima (desde bajo hasta extremo), ha demostrado ser ineficaz e inexacto, según los policías.
Los agentes han denunciado casos donde el sistema asigna un nivel de riesgo bajo o medio a situaciones que, por su experiencia directa en la calle, consideran de peligro crítico. El desajuste entre la evaluación burocrática del sistema y la realidad operativa no solo genera frustración entre los policías, sino que tiene consecuencias fatales: la asignación incorrecta de riesgo se traduce en la relajación o ausencia de medidas de protección adecuadas.
La complejidad y el exceso de burocracia en la introducción de datos en la nueva interfaz se suman a estos problemas, convirtiendo el sistema en una herramienta que prioriza la recopilación administrativa antes que la eficacia protectora.
La UCO y las consecuencias de la inoperatividad de VioGén 2.0
La gravedad de estos fallos se magnifica al considerar las dramáticas consecuencias que la falta de protección efectiva tiene en la vida de las mujeres. La denuncia policial subraya que un sistema que no funciona con precisión y velocidad es, en esencia, un sistema que promueve la indefensión de las víctimas de violencia de género.
La Guardia Civil y la Policía Nacional son los pilares del seguimiento y la protección de miles de víctimas. Si la herramienta central para esta labor falla en momentos cruciales, el riesgo de agresiones graves e incluso de feminicidios aumenta exponencialmente. Los propios agentes advierten que estas deficiencias no son puntuales, sino estructurales, y están poniendo en peligro la vida de las personas protegidas.
La postura de los sindicatos policiales ante la «bomba de relojería»
Los sindicatos policiales, al frente de estas denuncias, han sido contundentes en sus declaraciones, refiriéndose a VioGén 2.0 como una «bomba de relojería» que es urgente desactivar y reemplazar por un sistema verdaderamente fiable y rápido.
Exigen al Ministerio del Interior y a las autoridades competentes una revisión inmediata y profunda de la plataforma. La demanda es clara: más recursos para formación, corrección de los fallos técnicos que impiden la coordinación en tiempo real y, sobre todo, la implementación de un sistema de evaluación de riesgo que sea fiable y que se base en la experiencia de campo de los agentes y no solo en algoritmos fallidos.








