El descenso de la temperatura, la menor exposición al sol y el aumento de virus respiratorios hacen que reforzar el sistema inmunitario sea clave como cada invierno.
Con la llegada del frío, nuestro organismo afronta varios desafíos que pueden debilitar el sistema inmunitario: menos sol para sintetizar vitamina D, cambios bruscos de temperatura y una mayor circulación de virus. En este contexto, combinar una dieta equilibrada con suplementos adecuados se convierte en una estrategia importante para mantener las defensas altas y proteger la salud.
Vitaminas clave para la temporada fría
- Vitamina C: Conocida por su papel en el funcionamiento habitual del sistema inmunológico, ayuda a combatir el estrés oxidativo y contribuye a mantener las defensas.
- Vitamina D: Su producción natural disminuye con la menor exposición solar, por lo que suplementarla puede resultar muy útil para reforzar el sistema inmunitario.
- Vitamina A: Fundamental para la barrera que representan las mucosas respiratorias; favorece la salud de la piel y del sistema visual.
- Complejo de vitaminas B: Esenciales para el metabolismo energético, ayudan a combatir el cansancio típico de la estación y contribuyen al buen funcionamiento del sistema nervioso.
- Vitamina E: Actúa como antioxidante, protege las células y refuerza la respuesta inmunitaria.
Minerales y otros complementos que refuerzan tus defensas
Además de las vitaminas, hay minerales y elementos naturales que juegan un papel destacado:
- Zinc: Esencial para el sistema inmunitario.
- Magnesio: Contribuye a reducir la fatiga y el cansancio.
- Selenio: Antioxidante protector que contribuye al correcto funcionamiento de las defensas.
- Además, plantas como equinácea, própolis o jengibre se utilizan tradicionalmente para apoyar la inmunidad durante los meses fríos.
¿Cuándo y por qué pueden ser necesarios los suplementos?
Los suplementos pueden tener sentido cuando se dan ciertas circunstancias:
- Una dieta poco variada o deficiente.
- Poco tiempo al aire libre o poca exposición solar.
- Sensación de defensas bajas, fatiga o predisposición a infecciones.
En estos casos, incorporar un suplemento multivitamínico o fórmulas específicas para invierno puede marcar la diferencia en la energía, vitalidad y protección frente a resfriados o gripes.
Precauciones y estilo de vida saludable
Es fundamental recordar que los suplementos no sustituyen una alimentación equilibrada ni los hábitos saludables. Dormir bien, hidratarse, mantener actividad física moderada, evitar el tabaco y el exceso de alcohol son elementos imprescindibles. Además, antes de comenzar cualquier suplementación, conviene consultar a un profesional de la salud, en especial si se está embarazado, en periodo de lactancia o se está bajo tratamiento médico. También hay que tener en cuenta que el exceso de determinadas vitaminas o minerales puede ser contraproducente.








