El partido denuncia a la organización juvenil ante la Autoridad Independiente de Protección del Informante y marca distancias: “Nuestro código ético es muy severo”
Vox ha puesto fin a su relación con la organización juvenil Revuelta, el colectivo que emergió con fuerza en las protestas de Ferraz en 2023 y que desde entonces había actuado como un motor de movilización social en sintonía con el partido. La ruptura llega tras la sospecha de presuntas irregularidades financieras en la gestión de las donaciones recaudadas para los afectados por la DANA en Valencia, una iniciativa que el propio Vox amplificó públicamente.
Aunque la dirección del partido ha insistido desde el origen en que Revuelta “no mantiene vinculación orgánica, económica ni administrativa” con la formación, lo cierto es que los contactos y colaboraciones han sido constantes. Santiago Abascal participó en concentraciones promovidas por el colectivo, y numerosos diputados y cargos del partido se hicieron eco de sus movilizaciones. Durante la tragedia de Valencia, Revuelta adquirió especial visibilidad gracias a una recolecta masiva de ayuda que Vox contribuyó a difundir.
Sospechas sobre la gestión económica
La alerta surgió a raíz de rumores internos sobre un posible desvío de los fondos donados, así como dudas respecto al cumplimiento de las obligaciones fiscales de la asociación. Revuelta, fundada por cinco trabajadores de Vox que hasta hace pocas semanas formaban su dirección, no habría convocado su Asamblea General ni aprobado sus cuentas, según el partido.
Jorge Buxadé, líder de Vox en Europa, asegura que la formación exigió explicaciones inmediatas:
“Tenemos un código ético muy severo y estamos obligados a abrir un procedimiento interno sancionador cuando existe una sospecha de irregularidad”.
Sin embargo, parte de la dirección de Revuelta se habría negado a facilitar la contabilidad requerida. La organización sostiene que lo hizo para evitar que la información fuera “utilizada por estructuras partidistas”.
Denuncia antes de que estallara el caso
Ante la falta de colaboración, Vox decidió denunciar el caso ante la Autoridad Independiente de Protección del Informante. Dos de los dirigentes de Revuelta que abandonaron la asociación —y que permanecen en el partido— presentaron además una denuncia ante la Fiscalía. Ambos movimientos se produjeron días antes de que la división interna de Revuelta se hiciera pública.
El partido defiende que actuó con “diligencia” y se adelantó a que el escándalo estallara, aun a costa de romper totalmente con una organización que había contribuido a su crecimiento entre los jóvenes.
Una colecta bajo sospecha
La cercanía entre Vox y Revuelta vuelve ahora a situar al partido bajo escrutinio, especialmente después de conocerse que la colecta para la DANA se realizó a través de una cuenta cuyo titular no era Revuelta, sino una entidad desconocida llamada ASOMA (Asociación Social de Mayores). En las últimas horas, Vox ha eliminado de su web la publicación en la que promovía las donaciones.
“Yo pedí a los chicos de Revuelta que me dieran los datos y ya está”, se defiende Buxadé, quien impulsó la difusión de la colecta.
La investigación queda ahora en manos de los organismos competentes, mientras Vox intenta desvincularse de una organización que ayudó a su expansión social pero cuya gestión económica amenaza con convertirse en un lastre político para el partido.















