3000 corredores y corredoras brillaban en las murallas más que el sol que les acompañará toda la prueba. La ilusión que transmitían forma parte de la victoria personal y colectiva de este evento. Salida para los que se atreven con los 50 kilómetros. Otro cañonazo para quien afronta la no menospreciable distancia de 20 km. Y por último, muchas manos en las orejas de los más pequeños, que no quieren oír el estruendo del disparo pero que salen como relámpagos para completar los 1000 metros.
La salida de la media maratón ha sufrido un pequeño tapón al salir de las murallas. Los y las atletas que cerraban el grupo se tomaban con broma la pequeña espera. «¿Queda mucho?«, preguntaba pícaramente un corredor a un legionario a escasos 30 metros de la línea de salida. Ceutíes de todas las edades se aglutinaban en los primeros giros de este inicio de carrera, vitoreando con ímpetu el espíritu de superación de todas las personas que hoy se han vestido con mallas y tenis.














































