El Ministerio de Cultura de Francia enfrenta una nueva crisis reputacional tras revelarse que cerca de 250 mujeres habrían sido drogadas durante entrevistas de trabajo realizadas por Christian Nègre, un alto cargo de Recursos Humanos que ya fue destituido y actualmente se encuentra bajo investigación penal.
Según informes de medios franceses, las mujeres fueron convocadas en París para supuestos procesos de selección. Durante las entrevistas, Nègre les ofrecía café o té que, según denuncian, contenían diuréticos prohibidos y de fuerte efecto. Minutos después de ingerir las bebidas, las aspirantes comenzaban a experimentar síntomas como temblores, sudoración, malestar general y una necesidad urgente e incontrolable de orinar.
Varias víctimas aseguran que, en ese estado, el funcionario insistía en continuar la entrevista en paseos al aire libre, alejados de cualquier baño disponible. Algunas relataron situaciones de humillación extrema al no poder controlar sus necesidades fisiológicas. Muchas describen la experiencia como traumática y con impacto duradero en su vida personal y profesional.
Los testimonios recogidos por la prensa británica son contundentes. Una de las mujeres recuerda haber sentido “una necesidad creciente de orinar” junto con temblores y palpitaciones, sin que Nègre atendiera su petición de una pausa. Otra relató que, al pedir volver para buscar un baño, él se dirigió deliberadamente en sentido contrario y le preguntó si “necesitaba hacer pipí” en un tono que le resultó inquietante.
Las primeras sospechas surgieron en 2018, cuando un colega denunció a Nègre por intentar fotografiar a una funcionaria. Durante la investigación, la policía habría encontrado un documento en el que registraba dosis y reacciones de las mujeres bajo el título “Experimentos”. En 2019 fue expulsado del Ministerio y del servicio civil, y posteriormente imputado por administración de sustancias estupefacientes y violencia sexual, entre otros cargos.
A pesar de ello, continuó trabajando en el sector privado mientras el proceso judicial avanzaba lentamente. El caso ha reavivado el debate en Francia sobre la violencia facilitada por drogas y la falta de celeridad del sistema judicial. Aunque algunas víctimas han recibido indemnizaciones en procedimientos civiles, la mayoría sigue esperando justicia en el ámbito penal.
















