El sur de Asia enfrenta una de las peores catástrofes naturales de las últimas décadas. Una combinación inusual de ciclones, lluvias torrenciales y deslizamientos de tierra ha dejado hasta ahora más de 1.000 muertos y miles de desaparecidos en Indonesia, Sri Lanka, Tailandia y otros países de la región. Millones de personas han tenido que abandonar sus hogares.
En la isla de Sumatra, Indonesia, la población sufrió la peor parte del desastre debido al ciclón Senyar. Las autoridades confirmaron al menos 442 fallecidos y más de 400 desaparecidos. Pueblos enteros han sido sepultados por el lodo, carreteras y puentes quedaron destruidos, y más de 80.000 personas fueron desplazadas. Equipos de rescate y militares trabajan para asistir a las comunidades aisladas.
En Sri Lanka, el ciclón Ditwah provocó lluvias intensas y deslizamientos que dejaron 334 muertos y más de 400 desaparecidos. El Gobierno declaró el estado de emergencia y solicitó ayuda internacional. «Nos enfrentamos al desastre natural más grande y desafiante de nuestra historia», afirmó el presidente Anura Kumara Dissanayake, prometiendo la reconstrucción del país.
El sur de Tailandia también sufre el impacto de inundaciones históricas. La provincia de Songkhla reportó más de 162 muertos y barrios completamente sumergidos bajo el agua, mientras hospitales locales se vieron saturados y tuvieron que recurrir a camiones refrigerados para almacenar cuerpos.
Los expertos señalan que la convergencia de varios fenómenos extremos, incluyendo la interacción del tifón Koto y el ciclón Senyar, junto con el efecto amplificador del cambio climático, ha provocado lluvias sin precedentes. La combinación de deforestación, urbanización rápida y sistemas de drenaje insuficientes ha aumentado la vulnerabilidad de las comunidades, especialmente en áreas rurales y costeras.
Las autoridades continúan desplegando ayuda humanitaria, mientras millones de personas esperan rescate y refugio seguro en toda la región.















