Rabat busca concesiones en la delimitación atlántica y el control del espacio aéreo del Sáhara Occidental, aprovechando lo que expertos definen como una posición «cesarista» y favorable del gobierno de Pedro Sánchez.
España y Marruecos celebran esta semana en Madrid la XIII Reunión de Alto Nivel (RAN), un encuentro que tiene una agenda formal de cooperación, pero que estará dominado por nuevas y firmes exigencias de la monarquía de Mohamed VI. Tres años después del histórico cambio de posición del gobierno español en el conflicto del Sáhara Occidental, Rabat llega a la cita envalentonado y buscando arrancar concesiones en la delimitación marítima y el control aéreo.
El Ministerio de Asuntos Exteriores, que dirige José Manuel Albares, insiste en que la relación atraviesa una «fase excelente» y servirá para «profundizar en la agenda bilateral», incluyendo la conexión eléctrica verde o la organización conjunta del Mundial 2030. Sin embargo, el núcleo de la negociación se sitúa fuera del foco oficial.
Jaques de Marruecos: aire, aguas y minerales
Marruecos aspira a consolidar su control sobre el Sáhara Occidental y el marco marítimo que lo rodea, consciente de que difícilmente encontrará en Madrid un gobierno tan alineado con sus intereses, una posición criticada por el PP, Sumar, PNV, ERC y BNG.
Las exigencias clave divulgadas por prensa afín a Rabat son:
- Espacio aéreo del Sáhara: Rabat reclama la asunción integral de la gestión del espacio aéreo del Sáhara Occidental, actualmente controlado desde Canarias según la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). Exteriores ya ha reconocido conversaciones secretas con Marruecos para esta cesión.
- Delimitación marítima: Rabat busca que España asuma como marroquíes las aguas del Sáhara Occidental, un territorio no autónomo del que España sigue siendo, de iure, potencia administradora.
- Monte Tropic: La exigencia incluye la cesión del monte submarino Tropic, rico en telurio, cobalto y tierras raras, considerado una prolongación geológica de las Islas Canarias.
A cambio de estas cesiones, Rabat ofrece una «seguridad jurídica reforzada para Canarias» y un supuesto escenario win-win.
La advertencia legal internacional
Expertos consultados advierten de la gravedad de cualquier posible concesión española. Alejandro del Valle, catedrático de Derecho Internacional, señala que el gobierno de Sánchez lleva una política «completamente cesarista» con Marruecos, sin consenso interno.
Juan Soroeta, también catedrático de Derecho Internacional Público, advierte: «Cualquier acuerdo entre España y Marruecos sobre aguas o espacio aéreo saharaui sería nulo sin el consentimiento expreso del pueblo saharaui porque violaría el derecho de autodeterminación, que es de carácter imperativo». La Corte Internacional de Justicia ha confirmado en octubre de 2024 que el Sáhara Occidental no forma parte de Marruecos.
José Antonio de Yturriaga, ex embajador de España en la Misión Especial para el Derecho del Mar, recuerda que España sigue siendo jurídicamente responsable de la administración del territorio. La cumbre de esta semana pondrá a prueba si el gobierno español decide mantener su espacio marítimo y aéreo intacto o cede ante la presión política marroquí.
















