Vox ha iniciado un expediente disciplinario contra Pablo González Gasca, secretario general de la organización juvenil Revuelta y responsable de marketing digital del partido, a quien acusa de filtrar audios internos e insultar a un compañero de trabajo. La dirección nacional ha enviado este miércoles un burofax con un plazo de tres días para que justifique ciertos gastos de representación.
El conflicto se enmarca en una serie de tensiones internas entre Vox y su brazo juvenil, derivadas de la gestión económica de Revuelta a través de la Asociación Social de Mayores (Asoma). La formación ultraderechista ha denunciado a la organización ante la Autoridad Independiente de Protección del Informante por presuntas irregularidades en los fondos destinados a víctimas de la DANA y el pago de impuestos.
Entre los gastos cuestionados se encuentran partidas menores, como un bonómetro y dos hamburguesas, realizados fuera del horario laboral. Meses atrás, la secretaria general adjunta de Vox, Montserrat Lluis, ya se vio obligada a disculparse por haber dado a entender que estos gastos correspondían al partido y no a Revuelta.
Los audios internos revelan la tensión personal y profesional que atraviesa Gasca, quien se encuentra de baja por presiones psicológicas. En ellos, se le escucha expresar su indignación por la situación y la sensación de trabajar sin reconocimiento ni remuneración, mientras se le exige reportar su labor a miembros del sindicato Solidaridad ajenos a su estructura.
Este enfrentamiento refleja la creciente fractura entre Vox y Revuelta, cuya relación se ha deteriorado hasta un punto crítico, con un expediente disciplinario que podría precipitar la salida del número dos de la organización juvenil del partido.














