La política española atraviesa un momento histórico con la consolidación de un bloque conservador que alcanza cifras sin precedentes desde la transición democrática. Según el último sondeo de Sigma Dos, el Partido Popular (PP) y Vox sumarían ya 200 diputados de los 350 que componen el Congreso, superando con creces la mayoría absoluta lograda por el PP en 2011 y acercándose al récord histórico del PSOE en 1982.
El PP, liderado por Alberto Núñez Feijóo, se mantiene como la fuerza más votada con el 33,1% de los sufragios y 143 escaños, aunque registra signos de desgaste: pierde medio punto en intención de voto y un escaño en el último mes. Por su parte, Vox sigue su vertiginoso ascenso, alcanzando el 16,9% del apoyo electoral y 57 diputados, impulsado tanto por la fuga de votantes populares como por la captación de antiguos electores socialistas.
De hecho, 300.000 ex votantes del PSOE se decantarían ahora por Santiago Abascal, un fenómeno que refleja el alcance del discurso de Vox entre la clase trabajadora y media, así como en los jóvenes urbanos. El partido ha consolidado su presencia en municipios grandes no capitales, en localidades pequeñas y entre hombres, y ha recuperado la segunda posición en la franja de 18 a 29 años.
El bloque de izquierdas, encabezado por el PSOE de Pedro Sánchez, retrocede en el sondeo, obteniendo 147 diputados, 32 menos que en la anterior legislatura. Sumar y Podemos apenas logran mantenerse, mientras ERC, Junts, EH Bildu y PNV mantienen cifras similares a las de meses anteriores, y formaciones como BNG y Aliança Catalana consolidan su representación en el Congreso.
El sondeo evidencia que la hegemonía conservadora es más clara que nunca, aunque la relación entre PP y Vox sigue generando incertidumbre. Mientras en comunidades como la Valenciana ambos partidos han llegado a acuerdos, en regiones como Extremadura la rivalidad entre las formaciones de derecha amenaza con condicionar los resultados electorales.
El panorama refleja un giro histórico del electorado español, con un fortalecimiento del bloque conservador y un PSOE en descenso, mientras Vox consolida su estrategia de captar votantes tanto de la derecha como de la izquierda, centrándose en políticas de vivienda y en los barrios urbanos populares.














