La economía de la suscripción ha transformado la forma en que los consumidores acceden a bienes y servicios en diversas industrias, desde el entretenimiento hasta el bienestar físico. Muy lejos de ser solo una tendencia pasajera, este modelo ha encontrado su lugar en la vida cotidiana de millones de personas.
Por ejemplo, Lucía, que se suscribe a tres plataformas de streaming por un total de 35 euros al mes, considera que esta inversión le permite disfrutar de series y música sin interrupciones. Sin embargo, reconoce que ha reducido el número de suscripciones a lo largo de los años, un fenómeno que es cada vez más común entre los usuarios en un entorno digital tan dinámico.
Carolina, una joven profesional, destina 40 euros mensuales a su gimnasio y unos 375 euros al renting de su coche. La mayoría de estas decisiones responden al deseo de comodidad y la eliminación de preocupaciones logísticas que conlleva tener un bien en propiedad. Así, el alquiler se vuelve una opción atractiva para quienes buscan evitar complicaciones adicionales, como el mantenimiento de un vehículo.
De acuerdo con la ‘Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales 2024-2025’ del Ministerio de Cultura, un 74% de los españoles tiene al menos una suscripción digital, una cifra en aumento que refleja un cambio de hábitos significativo desde 2021. Las plataformas de cine y series son las más populares, seguidas de la música y los canales de televisión.
A medida que la economía digital avanza, se espera que la economía de la suscripción crezca un 68% en los próximos cinco años, alcanzando una proyección de hasta 1,2 billones de dólares para 2030. Este crecimiento responde en gran medida a la inmediatez que el comercio electrónico aporta al comportamiento del consumidor actual, que busca soluciones cada vez más convenientes.
Existen diversas modalidades de suscripción, desde aquellas que ofrecen acceso a un servicio digital, hasta las que permiten el envío recurrente de productos físicos, como artículos de cuidado personal o comestibles. Además de los seguros y servicios de telefonía que han existido por años, las nuevas ofertas de streaming y videojuegos han cobrado gran importancia en el mercado.
Ramón Vinyals, experto en psicología del consumo, explica que la tendencia hacia la ‘servificación’ está impulsando a las marcas a cambiar su enfoque de ventas. Lo que antes era un modelo transaccional se está transformando en un enfoque continuo y relacional, donde se busca generar un vínculo más profundo con el consumidor a través de las suscripciones.
Las empresas se ven beneficiadas al usar este modelo, ya que permite ofrecer productos a precios más atractivos y reduce la saturación mental que enfrentan los usuarios al elegir entre múltiples opciones. No obstante, deben superar el reto de captar y mantener la atención de los suscriptores, propiciando experiencias que complementen su oferta mediante novedosos contenidos o servicios.
A pesar de su crecimiento, el reto está en la satisfacción del suscriptor. Un estudio de Oliver Wyman reveló que el 6% de los usuarios españoles consideraban cancelar alguna de sus suscripciones en 2024, principalmente debido a limitaciones de contenido y aumentos de precios. Es esencial que las marcas ofrezcan continuamente novedades para mantener la relevancia en la vida de sus consumidores financieros.
Por tanto, en el contexto actual, España está bien posicionada para que la economía de la suscripción siga evolucionando. Con un alto número de usuarios suscritos a servicios de video, el país ofrece un terreno fértil para que las marcas implementen modelos de negocio diseñados bajo la premisa de comodidad y personalización.









