España tiene pie y medio en el Mundial. La selección de Luis de la Fuente firmó una goleada incontestable en Georgia (0-4) que la deja virtualmente clasificada para la cita de 2026 en México, Canadá y Estados Unidos. Solo un descalabro imposible —perder por siete goles ante Turquía el próximo martes en Sevilla— forzaría a La Roja a pasar por la repesca. Ciencia ficción futbolística.
El encuentro en Tiflis ofreció una exhibición coral, liderada por un Mikel Oyarzabal que firmó un doblete y volvió a demostrar su fiabilidad en noches importantes. El primero llegó desde el punto de penalti, tras un claro mano a mano sancionado por el VAR a los diez minutos. España ya imponía su ritmo, con Baena hiperactivo en el costado izquierdo y Fabián manejando los tiempos en ausencia de Pedri.
Dominio absoluto desde el inicio
La selección impuso su autoridad desde el primer tramo del partido. La defensa georgiana, superada por las triangulaciones españolas, apenas encontró oxígeno ante la presión y movilidad de Ferran, Baena y Oyarzabal. El único respiro de los locales era Kvaratskhelia, siempre amenazante, pero demasiado solo sin Mikautadze.
El 0-2 llegó con una acción inesperada de Martín Zubimendi, que volvió a firmar un encuentro sobresaliente. El jugador del Arsenal irrumpió desde segunda línea y batió a Mamardashvili con la misma naturalidad con la que España controlaba cada jugada.
Sagnol, resignado en la banda, solo podía contener daños. Pero España no levantó el pie. En el 34, una jugada colectiva ejemplar terminó con el 0-3 de Ferran Torres, tras un intercambio rápido entre Baena y Oyarzabal que desbordó por completo la zaga georgiana.
Un trámite en la segunda mitad
Con el partido decidido y el récord intacto —España suma ya 30 encuentros oficiales sin perder—, la segunda mitad sirvió para gestionar esfuerzos. Georgia buscó evitar un marcador más abultado; España, no sufrir contratiempos. Aun así, Oyarzabal firmó su segundo tanto para redondear una noche plácida.
El 0-4 final certificó una actuación impecable y un cierre perfecto de la penúltima jornada clasificatoria. Solo queda Sevilla. Solo queda Turquía. Pero el pasaporte, salvo un cataclismo inconcebible, ya está sellado.








