Tres representantes del colectivo de personas subsaharianas que residen en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) han mantenido una reunión en la Delegación del Gobierno con el jefe de Gabinete de la delegada. Los jóvenes subsaharianos han expuesto la necesidad que tienen de salir de Ceuta hacia la Península para poder continuar con su ruta migratoria hasta Francia, donde la mayoría de ellos tiene familiares que les aguardan, la Delegación por su parte, ha asegurado que aunque es «difícil» trabajan para reactivar los traslados
Moussa S., Moussa B. y Abdoulaye son tres jóvenes que cruzaron la valla el pasado 30 de agosto y en el día de hoy han representado al colectivo de subsaharianos que reside en el CETI desde hace muchos meses y que hace una semana se manifestaba por las calles pidiendo salir de aquí. Su objetivo no era quedarse en Ceuta, si no llegar a Francia o Bélgica donde algunos familiares les aguardan, desean estudiar una profesión y encontrar trabajo. Enfermero, bombero y electricista, eso quieren ser estos tres chavales que llevan en su mirada la carga de su «camino» atravesando países, desiertos y montañas y las vivencias pasadas durante ese tiempo. Ven en España un país de paso hasta su objetivo: Francia, Bélgica o Alemania, pero ahora se encuentran bloqueados en «tierra de nadie».
Tienen 18, 19 y 20 años, están aprendiendo español y hablan un francés perfecto. «Queremos seguir nuestro camino, queremos estudiar, tener un trabajo y una familia», nos explican antes de entrar a la reunión. Y como ellos, todos los jóvenes del África subsahariana que piden que se agilicen los trámites y se reactiven las salidas a la Península que quedaron suspendidas por la crisis sanitaria del coronavirus.

Son las 10:30 horas de la mañana de este jueves, los tres esperan en la plaza de los Reyes, junto a Francisco, un voluntario de Elin que les acompaña por si es necesario traducir algo durante la reunión que llevan meses esperando. En su rostro se mezcla el reflejo de la desesperanza de quienes llevan encerrados en Ceuta más de 11 meses y la confianza en que próximamente entrarán a formar parte de alguna «lista Baleària«. En media hora se reúnen con un representante del Gobierno de España en la Ciudad Autónoma, quien les explicará que salir de Ceuta en estos momentos es complicado.
El «sólo valido en Ceuta» de la trajeta roja que obtienen los solicitantes de asilo, ha hecho que algunas de estas personas se queden bloqueados en la ciudad autónoma durante varios meses y la crisis sanitaria ha empeorado la situación, ya que los viajes que se realizaban de manera regular hacia ONG de la Península se han bloqueado. Y así se sienten ellos. Bloqueados en «tierra de nadie».
Son las 10:50 horas, quedan 10 minutos para que les atiendan, pero entran para identificarse ante el control de la Guardia Civil del edificio gubernamental. En la primera planta les recibe el jefe de Gabinete, Juan Hernández y ellos le entregan una carta dirigida a la Delegada del Gobierno, en la que detallan su situación y piden una solución que mejore su vida.
«Representamos a un grupo de aproximadamente 160 subsaharianos, residentes en el CETI de Ceuta. Agradecemos que nos escuchen y nos den la oportunidad de expresarnos ante esta situación de vulnerabilidad que estamos viviendo» comienza la misiva.
«A través de este escrito queremos poner en conocimiento la situación que estamos viviendo aquí en Ceuta -continúa-, la mayoría de nosotros llegamos a Ceuta el 30 de agosto del 2019, por lo tanto llevamos casi un año en la ciudad con la gran incertidumbre de no saber cuándo saldremos».
«No ha sido un año fácil pues durante este periodo hemos vivido el confinamiento a causa de la Covid-19 dentro del Centro, y no ha sido nada fácil«, y es que los residentes del CETI y varias organizaciones han denunciado en reiteradas ocasiones que las instalaciones del centro no reunían las características necesarias para poder realizar el confinamiento con garantías sanitarias y de bienestar. «Esta situación -explican- ha acentuado mucho en nosotros la incertidumbre y el malestar en relación a nuestro futuro, provocándonos depresión y ansiedad«, consecuencias psicológicas que está sufriendo gran parte de la población y que en su caso se agravan y acentúan por las malas condiciones del centro.
«Es mucho tiempo el que llevamos esperando para llegar a un lugar donde podamos estudiar, trabajar y buscarnos la vida con dignidad. Nuestro mayor deseo es conseguir una vida mejor y seguir hacia adelante, en Europa, y en la situación en que nos encontramos no podemos conseguirlo», relatan. Aseguran ademas que quieren valerse por ellos mismos, «no depender de ayudas sociales, sabemos que somos capaces». Y finalmente su petición: salir de Ceuta y continuar con su camino, «ante esta situación que se agrava cada día les pedimos que nos ayuden y nos faciliten, lo antes posible, nuestra salida de Ceuta».
Hernández escucha con atención lo que los tres representantes del colectivo le cuentan, y aunque asegura entender cómo se sienten, asevera que «la situación es delicada porque depende de muchos factores» aunque reconoce que están trabajando para poder solventar los inconvenientes y que las salidas desde el CETI se reanuden cuanto antes.

Laissez Passer, ‘Lista Baleària’ o salidas a la Península
La crisis del coronavirus ha provocado que todo el sistema se tambalee, también el sistema de acogida de personas migrantes. La reducción del número de plazas de acogida en las diferentes organizaciones y las restricciones en la movilidad, provocaron que los traslados hasta la Península se paralizasen como la mayoría de procedimientos administrativos. Con la ‘Nueva Normalidad‘ parece que todo comienza poco a poco a reactivarse, de hecho, en este viernes «unas diez familias saldrán hacia la Península» confirmaba Hernández, «se ha dado prioridad a las familias, porque su situación de vulnerabilidad es todavía mayor«.
«La situación en la península no es buena» asegura el Jefe de Gabinete, «hay una criminalización del colectivo migrante al que se le acusa de estar relacionado con algunos brotes de coronavirus en diferentes territorios, y aunque no sea cierto, los medios de comunicación ayudan a trasladar un mensaje erróneo que no ayuda al acogimiento».
El gasto o inversión en acogida e integración supone un 1,7% de los 660 millones de euros que suman los contratos para la gestión migratoria entre 2014 y 2019
La crisis sanitaria, los rebrotes y pocas plazas de acogimiento
Tres son las causas de que estas 160 personas estén bloqueadas en Ceuta y sin fecha prevista de poder continuar su viaje. La crisis del coronavirus, los rebrotes y las pocas plazas de acogimiento que hay en las organizaciones de la Península, algo que podría solucionarse con una mayor inversión en acogimiento, tal y como pone en evidencia el último estudio de la Fundación PorCausa y Público, donde se recoge que «la acogida e integración de personas migrantes aparece como la partida que menos financiación pública recibió a través de contratos públicos: 11,2 millones de euros del Gobierno central repartidos en 163 contratos, y que representan el 1,7% de los 660 millones de euros que suman los contratos para gestión migratoria entre 2014 y 2019″.
Los perjudicados, las personas que migran y que se encuentran en una situación de vulnerabilidad total sin poder acceder a un sistema que les garantice la acogida o que les permita continuar con su «camino» hasta encontrarse con sus familiares.
La Delegación se compromete a trabajar para agilizar las salidas
Hernández ha sido claro, aunque ha dejado un hueco para la esperanza «no hay una posibilidad cercana de que puedan salir de Ceuta pronto, pero vamos a trabajar y a hacer todo lo que sea posible para que poco a poco podáis salir de Ceuta», les ha dicho, «desde el Ministerio del Interior nos piden que tengáis paciencia, porque hasta que no se controlen los brotes va a ser complicado comenzar los traslados.
«Tenemos muchos sueños y aquí no los podemos cumplir«, decía Abdoulaye, «tenemos familias, que están esperando que les devolvamos el dinero que nos han dejado para poder hacer nuestro camino, ellos nos han ayudado mucho durante nuestro camino y llevo tres años y todavía no he llegado donde quiero llegar».
«Morimos por dentro» ha dicho Moussa B., «la situación es muy difícil, la gente nos mira mal en el autobús y cuando estamos en la calle, hemos caminado por el desierto y pensábamos que al llegar aquí íbamos a tener una vida mejor». Hernández se ha comprometido firmemente: «vamos a intentar por todos los medios que vayáis saliendo, poco a poco y saldrán primero los que lleven más tiempo, aguantad un poco más».
Descenso de las llegadas, el CETI por debajo del límite de ocupación
Según los últimos datos aportados por la Delegación del Gobierno, el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes se encuentra por debajo de su límite de ocupación, con 470 personas residentes, teniendo capacidad para 512, por lo que las condiciones son más favorables que en otros momentos, que el CETI ha llegado a acoger hasta 1.200 personas.
Por otro lado, esta el drástico descenso en relación al mismo periodo de 2019, según el último informe del Ministerio del Interior se mantiene la tendencia a la baja de la llegada de personas migrantes a la ciudad autónoma. Tal y como recoge dicho informe, durante la última quincena de junio ha habido un descenso del 65,7% de las llegadas por vía terrestre, en relación al mismo periodo de 2019. En lo relativo a las llegadas por vía marítima el descenso es aún más pronunciado, alcanzando el 80,3%, según el informe del ministerio de Grande-Marlaska.






