El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha convocado este lunes al Consejo de Seguridad Nacional para discutir la situación en Venezuela. Este encuentro se produce en un momento de creciente tensión entre Washington y Caracas, dado el reciente aumento de las operaciones militares estadounidenses en la región. La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, confirmó la reunión en una rueda de prensa habitual, aunque no ofreció detalles específicos sobre los temas a tratar.
Leavitt mencionó que el presidente se reuniría con su equipo para abordar tanto el tema de Venezuela como otros asuntos relevantes. La reunión se produce poco tiempo después de que Trump confirmara una conversación telefónica con el presidente venezolano Nicolás Maduro, aunque describió la llamada como nada más que un contacto rutinario sin elaboraciones sobre su contenido.
La conversación entre los dos líderes ha suscitado grandes expectativas en un momento en que EE.UU. ha intensificado su despliegue militar cerca de las costas venezolanas, lo cual, de acuerdo con Maduro, es una maniobra destinada a desestabilizar su gobierno. Trump ha dejado claro que no reconoce a Maduro como el presidente legítimo de Venezuela, una postura que ha generado tensiones diplomáticas significativas entre ambas naciones.
A pesar de la creciente presión militar, Trump declaró que el espacio aéreo venezolano debería considerarse «cerrado», una afirmación que provocó la condena del gobierno de Maduro, que acusó a EE.UU. de amenazar la soberanía del país. A su vez, Colombia ha denunciado esta declaración como una violación del derecho internacional, lo que demuestra cómo la situación ha trascendido las fronteras venezolanas y ha comenzado a afectar la política regional.
En un contexto de agresiones, Washington ha llevado a cabo ataques aéreos dirigidos a embarcaciones vinculadas al narcotráfico que provienen de Venezuela. Estas operaciones han resultado en más de 80 bajas, y Trump ha indicado que las Fuerzas Armadas de EE.UU. están dispuestas a iniciar operaciones terrestres contra los narcotraficantes, lo cual ha generado una ola de críticas por parte de diversos sectores en el país.
El Senado estadounidense ha decidido investigar uno de los ataques más recientes, después de que surgieran alegaciones de que se ordenó acabar con la vida de todos los ocupantes de las embarcaciones atacadas, incluso aquellos que sobrevivieron. Un grupo de legisladores ha emitido advertencias sobre posibles violaciones a las leyes de guerra, lo que añade una capa de complicación legal y ética a las acciones de EE.UU. en la región.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, ha desmentido las acusaciones de haber emitido tales órdenes, pero la controversia persiste. Trump, defendiendo a Hegseth, ha afirmado tener confianza en que no se dieron las órdenes cuestionadas. La Casa Blanca ha emitido una declaración reiterando que todas las operaciones llevadas a cabo han estado en cumplimiento con las leyes internacionales.
En medio de esta tensión, un senador estadounidense ha afirmado que Trump ofreció a Maduro la oportunidad de abandonar el país, sugiriendo que podría dirigirse a Rusia o a otra nación que acepte su exilio. La situación refleja no solo la crisis interna en Venezuela, sino también el complicado entramado de relaciones internacionales que se desarrollan en torno a ella.












