El Tribunal Supremo ha vuelto a evidenciar divisiones internas durante la deliberación relativa al fiscal general del Estado. En una reunión marcada por la rapidez y la falta de unanimidad, los magistrados optaron por anunciar el fallo antes de redactar y difundir la sentencia completa.
Según fuentes jurídicas, la medida se justificó como una forma de prevenir posibles filtraciones ante la sensibilidad del caso y la presión mediática existente. Esta decisión, poco habitual en el funcionamiento del alto tribunal, ha puesto de nuevo de manifiesto las discrepancias entre los miembros de la Sala, que ya en otras ocasiones habían mostrado posturas enfrentadas en asuntos de alto impacto institucional.
La sentencia definitiva se conocerá en los próximos días, una vez completada su redacción, y permitirá valorar hasta qué punto el contenido jurídico refleja —o suaviza— la división que ha rodeado la deliberación.










