Las manifestaciones en apoyo a Gaza durante las etapas de la Vuelta ciclista han abierto un nuevo frente político en España. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha mostrado su respaldo a los colectivos que han aprovechado la visibilidad de la carrera para reclamar un alto el fuego en Palestina, subrayando que no se trata de un movimiento aislado de la izquierda, sino que cuenta con simpatías también en sectores conservadores.
El Ejecutivo interpreta estas protestas como una expresión legítima de la sociedad civil y asegura que reflejan una creciente preocupación ciudadana por la crisis humanitaria en Oriente Próximo.
Por su parte, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, opta por la prudencia y trata de mantener un difícil equilibrio. Mientras algunos dirigentes populares consideran que el Gobierno instrumentaliza las protestas con fines políticos, otros reconocen que la causa palestina conecta con sensibilidades transversales.
El debate ha encendido el escenario político, con la Vuelta convertida en un inesperado escaparate para una de las cuestiones internacionales más delicadas de la actualidad.