Otro drama asola las vidas de estos seis migrantes subsaharianos, tras sufrir un peligroso accidente en Arcos Quebrados mientras iban ocultos en dobles fondos de un vehículo, ahora se enfrentan al bloqueo en Ceuta. Sus nombres no están en las listas de salidas hacia la Península y le piden a la Fiscalía que actúe y les de la autorización para poder partir tras 14 meses en la ciudad autónoma
Seis hombres y una mujer viajaban ocultos en un coche-patera. Las mafias que operan en Marruecos y España les recogían en días diferentes y en distintos puntos del norte del reino alauita, los trasladaban hasta un piso en algún lugar cercano a la frontera, tapados con capuchas en coches y hacían hasta tres cambios de vehículo durante el camino, allí entraban por un garaje y permanecían varios días encerrados esperando el momento del pase. Iban a cruzar la frontera hasta Ceuta, ocultos en dobles fondos de un monovolumen. Y lo consiguieron, pero a un precio muy alto.
El coche sufrió un accidente, chocó contra otro vehículo y contra una vivienda. Una mujer conducía el monovolumen, ahora se encuentra huída de la justicia, todo apunta a que está en Marruecos, y una menor de edad fue detenida y condenada. Los siete migrantes, entre los que se encontraba una mujer, sufrieron heridas leves, excepto ella, que continúa en Cádiz recuperándose de las graves consecuencias que han provocado la amputación de una de sus piernas.
Han pasado 14 meses desde aquel trágico suceso, y sus protagonistas siguen sin poder salir de Ceuta, están bloqueados y piden poder continuar con su vida fuera de la ciudad autónoma. «Hemos venido aquí hoy para pedir justicia y que nos ayuden a salir. Pedimos al Gobierno y a la Justicia que nos ayuden a salir de Ceuta, llevamos mucho tiempo, 14 meses, desde el 27 de mayo de 2019, hasta hoy» explica Raphael, de Mali, a El Foro de Ceuta a las puertas de los Juzgados.

Junto a él están cinco de los otros seis que viajaban escondidos en los dobles fondos del coche-patera, en sus rostros la desesperación de no entender por qué sus nombres no aparecen en los listados de las salidas que se producen regularmente desde el CETI hasta la Península. La crisis sanitaria del coronavirus tampoco ha ayudado a que su situación mejore, las salidas que eran regulares ahora se han convertido en una excepción, desde que se decretase el estado de alarma solo se han producido tres y sus nombres no estaban en ninguna de ellas.
«Preguntamos todos los días al director del CETI -Centro Temporal de Estancia de Inmigrantes- y él nos dice que depende del fiscal, preguntamos a la abogada del CETI y dice que el fiscal, ahora hay una abogada nueva y ha dicho que va a buscar la forma de ver qué está pasando» relata Raphael junto a sus compañeros del accidente, «hoy hemos venido a preguntar quién es el fiscal que nos puede ayudar para arreglar el problema, que nos ayude para salir a la Península». Pero, de nuevo la crisis sanitaria continua poniendo trabas, nadie puede entrar al palacio de Justicia sin una cita, por las medidas de control sanitario «el fiscal no ha hablado con nosotros, no podemos hablar con él porque no tenemos cita» explica Raphael desalentado.
«Hemos visto salir a muchas personas hasta la Península, pero el fiscal no firma nuestra autorización y estamos cansados, no podemos contar todo lo que se pasa en el CETI, antes vivíamos bien en el CETI, pero hoy ya no se puede vivir allí», asegura Raphael. «Estamos cansados, el fiscal es el que tiene soluciones, pedimos que nos ayuden a arreglar nuestro problema».



