El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, asegura que fue objeto de insultos y descalificaciones personales por parte de diputados de la izquierda en la comisión de investigación de la DANA, y critica que la presidenta socialista del órgano no frenara los ataques ni le permitiera responder con normalidad.
Una comparecencia marcada por la tensión en el Congreso
La comparecencia de Carlos Mazón en la comisión de investigación del Congreso de los Diputados sobre la DANA que devastó varias zonas de la Comunidad Valenciana se convirtió en una de las sesiones más tensas de la legislatura. Lo que debía ser una jornada para aclarar responsabilidades y revisar la gestión de la catástrofe derivó, según el entorno del president, en un enfrentamiento político cargado de reproches personales.
Durante su intervención, Mazón se vio sometido a un duro turno de preguntas por parte de diputados de la izquierda, especialmente de Gabriel Rufián y del parlamentario de Compromís, Alberto Ibáñez. Más que un intercambio ordenado de preguntas y respuestas, la sesión derivó en una sucesión de acusaciones, interrupciones constantes y un tono bronco que apenas dejó margen para el debate de fondo sobre la gestión de la emergencia.
Insultos y acusaciones graves: “homicida” y “psicópata”
En el desarrollo de la comisión, varios diputados se dirigieron al presidente valenciano con expresiones especialmente duras. Según se pudo escuchar en la sala, Mazón fue tachado de “inútil”, “mentiroso”, “incapaz”, “miserable” e incluso “homicida” y “psicópata”, términos de una gravedad poco habitual en una comisión parlamentaria.
En algunos momentos, las intervenciones de la izquierda pasaron de las preguntas a los ataques personales directos, llegando a instarle a que “se calle” y a expresar el deseo de que “pague con cárcel” por su actuación, pese a que el president ni siquiera se encuentra investigado judicialmente por estos hechos.
Estas descalificaciones, denuncian desde el entorno de Mazón, alejan el foco de la tragedia humana y material provocada por la DANA, y convierten una herramienta de control parlamentario en un escenario de confrontación puramente política.
Críticas a la presidenta socialista de la comisión
Buena parte de las críticas se dirigen también a la actuación de la presidenta de la comisión, la socialista Carmen Martínez, a quien se reprocha no haber actuado con la misma firmeza con todos los intervinientes.
Según la versión del bloque que respalda a Mazón, Martínez permitió que los diputados de la izquierda encadenaran preguntas sin conceder tiempo real a las respuestas, hasta el punto de que alguno llegó a admitir que “no le interesaba” lo que el compareciente pudiera contestar.
Mientras el presidente de la Generalitat intentaba responder y se quejaba de que “no me dejan responder”, la presidencia de la comisión no detuvo el cronómetro ni reclamó un tono más respetuoso con la misma contundencia con la que, en otras ocasiones, había llamado al orden a Mazón. Este doble rasero ha sido interpretado por sus críticos como una falta de imparcialidad en la conducción de la sesión.
Un “interrogatorio de inquisición política”, según el entorno de Mazón
Fuentes próximas al president definen lo sucedido en el Congreso como un “interrogatorio de inquisición política” en el que resultaba evidente que las conclusiones estaban, en gran medida, escritas de antemano. En lugar de profundizar en cuestiones técnicas como los protocolos de aviso, las infraestructuras, los sistemas de medición y los tiempos de respuesta ante la DANA, la sesión quedó dominada por discursos de fuerte carga electoral y partidista.
En este contexto, Mazón trató de mantener su relato centrado en la gestión realizada por la Generalitat, insistiendo en que “lo que salva vidas es hacer obras, tener medidores y datos a tiempo”, y defendiendo que su gobierno ha actuado con responsabilidad antes, durante y después del episodio de lluvias torrenciales. Sin embargo, sus intervenciones quedaron en muchas ocasiones solapadas por interrupciones, réplicas airadas y ataques personales.
Un episodio que eleva la tensión política en la Comunidad Valenciana
Lo ocurrido en la comisión del Congreso tiene también lectura en clave autonómica. La tensión entre el Gobierno valenciano de Mazón y las fuerzas de izquierda se ha incrementado notablemente desde el cambio de ciclo político en la Generalitat, y la gestión de la DANA se ha convertido en uno de los frentes más sensibles del debate público.
Para los partidos de la oposición, la tragedia ha evidenciado fallos graves en prevención y respuesta, que vinculan a la responsabilidad política del actual president. Para el Ejecutivo valenciano, en cambio, el comportamiento de algunos diputados en el Congreso confirma que la izquierda está utilizando la comisión como un escenario de desgaste personal y político, en lugar de centrarse en mejorar los protocolos y evitar que episodios similares vuelvan a repetirse.
Fondo del debate: gestión de emergencias y respeto institucional
Más allá del choque político, la sesión pone sobre la mesa dos debates de fondo. Por un lado, la necesidad de reforzar los mecanismos de prevención y respuesta ante fenómenos extremos como la DANA, que cada vez son más frecuentes en el Mediterráneo por el impacto del cambio climático. Por otro, la conveniencia de preservar un mínimo de respeto institucional en órganos como las comisiones de investigación, donde los dirigentes comparecen para rendir cuentas, pero no para ser objeto de insultos y descalificaciones personales.
Mientras la comisión continúa su calendario de comparecencias, el episodio vivido con Mazón reabre la discusión sobre los límites del discurso político en sede parlamentaria y sobre hasta qué punto el clima de crispación está condicionando el trabajo de fiscalización y control que la ciudadanía espera de sus representantes.








