El Liverpool volvió a sucumbir en su feudo. Esta vez fue el PSV Eindhoven quien goleó a los reds por 1-4 en Anfield, sumando otra humillante derrota a la mala racha del equipo. Con nueve derrotas en sus últimos 12 partidos, la situación del técnico Arne Slot empieza a generar inquietud dentro y fuera del club.
Aunque la directiva mantiene la “confianza” en el técnico holandés, el runrún sobre un posible despido crece a medida que los resultados empeoran. La caída libre del Liverpool preocupa tanto por la clasificación —13º en la Premier League y con dificultades en la Champions— como por la imagen mostrada en el campo: débil, desorganizada y sin la agresividad que caracterizó a los reds en sus mejores años.
Leyendas y jugadores expresan su frustración. Curtis Jones, canterano y scouser, no ocultó su descontento: “Nunca había visto al equipo tan mal… A día de hoy, estamos en la mierda”. Por su parte, Steven Gerrard señaló que “Anfield lo dice todo: las gradas estaban vacías antes de terminar, y al tercer gol, el partido se acabó. Hay que hacer examen de conciencia”.
Las derrotas consecutivas ante Manchester City (3-0), Nottingham Forest (0-3) y PSV (1-4), sumadas a una defensa que comete errores flagrantes y a un ataque donde Salah sigue desaparecido, reflejan que el Liverpool está muy lejos del nivel que lo llevó al título la pasada temporada.
Slot, consciente de la presión, declaró en rueda de prensa: “Es normal que la gente tenga una opinión sobre nosotros. Intento ayudar a los jugadores tanto como puedo, pero sé que tengo que hacerlo mejor”.
Mientras los 480 millones de euros invertidos en verano aún no rinden frutos, el Liverpool se enfrenta a una encrucijada crítica: corregir el rumbo rápidamente o enfrentarse a un desenlace que podría cambiar Anfield para siempre.
















