El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha pedido calma y cohesión a los miembros de su partido en un contexto marcado por la creciente presión de los socios parlamentarios para que impulse cambios en el Ejecutivo. Desde el entorno socialista se insiste en la necesidad de mantener la estabilidad del Gobierno y evitar movimientos precipitados que puedan alterar el equilibrio interno.
La tensión se ha intensificado tras las declaraciones de la vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz, quien ha reclamado una “remodelación profunda” del Gobierno con el objetivo de relanzar la acción del Ejecutivo y responder a las demandas sociales. Díaz considera que es el momento de introducir cambios estructurales que refuercen el proyecto progresista de la coalición.
Sin embargo, Sánchez ha descartado por ahora esa posibilidad. El presidente defiende la labor del actual equipo ministerial y subraya que el Ejecutivo debe centrarse en cumplir la agenda legislativa y los compromisos adquiridos con la ciudadanía. En este sentido, fuentes del Gobierno señalan que no está prevista una crisis de gobierno a corto plazo.
Mientras tanto, los socios parlamentarios continúan trasladando su inquietud por el rumbo político del Ejecutivo, lo que mantiene abierto el debate interno sobre la conveniencia de introducir ajustes. Sánchez, no obstante, apuesta por la prudencia y la estabilidad como ejes para afrontar el actual escenario político.












