Un demoledor estudio de la Fundación ANAR revela que seis de cada diez llamadas de padres, madres o familiares buscan asesoramiento por situaciones de violencia grave, ya sea intrafamiliar, maltrato físico o acoso. El 67% de los casos analizados se considera de alta gravedad.
La Fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo) ha presentado un nuevo informe que dibuja un panorama preocupante sobre la violencia que sufren los menores, especialmente aquellos que aún no tienen edad para pedir ayuda por sí mismos.
Según el estudio, que analiza las llamadas a sus líneas de ayuda, el 60% de las consultas realizadas por adultos (padres, familiares o profesionales) están motivadas por situaciones de violencia contra niños, niñas o adolescentes.
La mayoría de las consultas se centran en problemas graves y persistentes. Se destaca que, en dos tercios de las ocasiones (67%), la gravedad de la violencia reportada es considerada alta. Además, en seis de cada diez casos, los problemas tienen una frecuencia diaria y llevan presentándose más de un año, lo que subraya la cronicidad de estas situaciones.
Perfil de la persona que llama y tipo de violencia
El informe de ANAR detalla que el 83,2% de las personas que recurren a las líneas de ayuda son familiares, y el 78,2% son mujeres, siendo las madres las que representan el 57% de los casos atendidos.
Los problemas más consultados por los adultos, sobre todo las madres, se refieren a:
- Violencia intrafamiliar.
- Maltrato físico y psicológico.
- Agresiones sexuales.
- Salud mental derivada de estas situaciones.
La Fundación ANAR pone un foco especial en los menores de 10 años, ya que en esta franja de edad se presentan las mayores «situaciones de riesgo y vulnerabilidad», y el adulto es el único que puede hacer visible la situación. La urgencia de los casos se refleja en testimonios recogidos por la organización, como el de un familiar que contactó por la amenaza directa a un menor: “A mi hija la amenazan con darle una paliza”.
Llamamiento a la intervención temprana
Expertos de la fundación insisten en la importancia del vínculo familiar sano como factor curativo. En los últimos seis años, ANAR ha atendido más de 20.000 casos. La organización reitera la necesidad de que las familias recurran a profesionales cuanto antes, destacando que el maltrato y la violencia no solo provienen de agresiones físicas, sino también del impacto devastador de la violencia psicológica y las amenazas.






