El desalojo este miércoles del antiguo instituto B9 de Badalona, que albergaba a alrededor de 400 migrantes, sobre todo de origen subsahariano, ha dejado a muchos de ellos literalmente sin techo y sin perspectivas claras de alojamiento, en medio de la temporada de frío invernal.
La operación fue ejecutada por los Mossos d’Esquadra por orden judicial después de que un juez autorizara al Ayuntamiento a recuperar la propiedad, argumentando problemas de seguridad en el edificio ocupado desde hace más de dos años.
Aunque el consistorio asegura que ha ofrecido alojamiento temporal a un número muy reducido de personas y que los servicios sociales han registrado a algunas más, la mayoría se ha visto obligada a buscar soluciones por su cuenta, sin alternativas habitacionales claras a la vista.
Varios de los afectados expresaron su angustia tras perder el lugar que servía de refugio; muchos afirmaron no saber dónde pasarían la próxima noche, mientras tratan de encontrar de nuevo un lugar donde dormir o pensar en regularizar su situación para acceder al mercado de alquiler.
Por su parte, el alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, ha defendido la actuación del Ayuntamiento, aunque ha dejado claro que no se destinarán recursos municipales a ofrecer soluciones de vivienda a la mayoría de los desalojados, y ha emplazado a otras administraciones a buscar respuestas a la crisis de los migrantes.
La medida ha generado críticas desde sectores políticos y sociales, que alertan de que sin una respuesta habitacional de urgencia cientos de personas quedarían expuestas a la intemperie en uno de los momentos más duros del invierno.











