La XIII RAN fracasa en el objetivo marroquí de obtener el reconocimiento pleno de soberanía sobre el Sáhara. España esquiva las pretensiones sobre las aguas canarias y se aferra a la resolución de la ONU para evitar una crisis con Argelia.
La XIII Reunión de Alto Nivel (RAN) entre España y Marruecos celebrada en el complejo de la Moncloa ha concluido con el fracaso de la principal pretensión de Rabat: que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, diera un paso más allá de su posición de 2022 y reconociera la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental.
Fuentes conocedoras de la negociación trasladaron a El Independiente que la estrategia trazada por el régimen de Mohammed VI para forzar un canje —supuestamente ofreciendo a cambio un «reconocimiento reforzado» de la españolidad de Canarias— no ha fructificado.
Secreto y fiasco diplomático
La cumbre estuvo marcada por el secretismo: fue una «minicumbre exprés y opaca» que no incluyó rueda de prensa ni declaración institucional posterior de Sánchez, lo que provocó la crítica de la FAPE y la APM, que tildaron la opacidad de «inaceptable».
La prueba más evidente del fiasco marroquí se encuentra en la declaración conjunta emitida horas después del encuentro. Mientras que la mayoría de los puntos recogen el consenso con fórmulas como «las dos partes» o «España y Marruecos», el punto octavo, relativo al Sáhara, solo recoge el deseo «exclusivo de España».
«Marruecos quería sumar nuevas concesiones y no ha logrado nada», señala gráficamente una fuente, confirmando el rechazo al intento de canjear la soberanía española de Canarias por la marroquinidad del Sáhara, un plan que había generado recelos en el archipiélago.
España se limita al marco de la ONU
Rabat esperaba que Sánchez secundara el movimiento de Emmanuel Macron, quien en julio de 2024 reconoció la marroquinidad del Sáhara. Sin embargo, la declaración de Moncloa se ciñe a respaldar la reciente Resolución 2797 del Consejo de Seguridad de la ONU (31 de octubre de 2025).
El lenguaje diplomático es claro: España no reconoce la soberanía marroquí y se limita a respaldar la resolución que renueva el mandato de la misión de paz (Minurso) y que, si bien coloca la propuesta de autonomía marroquí como «una de las soluciones más factibles», insiste en la necesidad de «conversaciones sin condiciones previas» y en alcanzar una solución que contemple la autodeterminación del pueblo del Sáhara Occidental.
Según El Independiente, Argelia ha valorado positivamente el punto octavo de la declaración, ya que Moncloa evitó secundar a Macron, manteniendo el marco de equilibrio de la ONU y facilitando la senda de restablecimiento de los lazos diplomáticos y comerciales, especialmente el suministro de gas.
La debilidad de Sánchez detrás del status quo
Fuentes consultadas creen que el contexto interno de Pedro Sánchez explica la falta de avances en las tesis marroquíes. La debilidad del Gobierno, tras la pérdida del apoyo de Junts y las investigaciones judiciales que afectan al PSOE (casos Ábalos, Cerdán y Koldo), hacía inviable una nueva cesión.
Haber reconocido la soberanía marroquí habría:
- Tensado las relaciones con los socios de coalición e investidura (Sumar y otros) en un momento crítico para sacar adelante la senda de déficit y los Presupuestos Generales del Estado.
- Provocado una nueva crisis con Argelia, un socio gasístico clave.
Con la decisión de mantener el status quo de 2022, España evita desestabilizar la política interna y externa, a pesar del descontento de Rabat.
















