Las escuderías de Fórmula 1 ya están trabajando a pleno rendimiento en los monoplazas que marcarán el inicio de la temporada 2026, que arrancará el 26 de enero en Barcelona. Los nuevos coches presentarán un diseño más compacto y ligero, con una reducción de hasta el 30% en la carga aerodinámica al eliminar el efecto suelo, y una resistencia al aire un 40% menor. Además, los neumáticos se estrecharán, aunque el diámetro de las llantas se mantendrá.
El cambio más importante estará en las unidades de potencia: desaparece el complejo MGU-H, y el aporte eléctrico alcanzará hasta un 50% solo a través del MGU-K, recargable mediante frenadas. Los motores de combustión usarán gasolina sostenible, y los pilotos contarán con nuevas herramientas para gestionar la energía durante la carrera.
Entre las novedades destacan dos conceptos que reemplazan al tradicional DRS:
- Modo adelantamiento (Overtake Mode): cuando un piloto se sitúe un segundo por detrás de otro, podrá utilizar un extra de potencia eléctrica para compensar la pérdida de carga aerodinámica y facilitar la maniobra de adelantamiento.
- Modo ‘boost’: permite al piloto usar el máximo de potencia del motor y la batería durante un tiempo limitado, tanto para atacar como para defenderse en cualquier zona de la pista.
Los pilotos también podrán recargar la batería mediante frenadas, el clásico lift-and-coast o incluso en algunas curvas, lo que añade un nuevo nivel de estrategia a cada carrera.
En cuanto a la aerodinámica, los coches contarán con alerones delantero y trasero activos, diferenciando el modo recta, que reduce la resistencia al aire para aumentar la velocidad punta, y el modo curva, que mantiene los alerones en posición óptima para el agarre en virajes.
Con estas innovaciones, la F1 2026 no solo promete carreras más rápidas y estratégicas, sino una gestión de energía y aerodinámica que redefinirá la forma en que los pilotos interactúan con sus coches en cada vuelta.












