Las inundaciones repentinas que azotaron la provincia de Safi, en la costa atlántica de Marruecos, han dejado un saldo trágico de al menos siete muertos durante este fin de semana. Los torrenciales aguaceros que comenzaron el sábado fueron suficientes para provocar una serie de desastres en esta región, ubicada a 330 kilómetros al sur de la capital, Rabat.
Las autoridades marroquíes informaron además que cerca de 20 personas resultaron heridas a causa de estos eventos climáticos extremos. Las intensas lluvias, que se desataron en un periodo de tan solo una hora, causaron el desbordamiento de ríos y arroyos, llevando consigo una gran cantidad de agua que inundó rápidamente alrededor de 70 viviendas y comercios. Este fenómeno también arrastró por la corriente un total de diez vehículos.
La situación en la región se agravó con el cierre de numerosas carreteras que conectan Safi con otras localidades del país, lo que ha complicado aún más las labores de rescate que se llevan a cabo en la zona. Los equipos de emergencias trabajan sin descanso para ayudar a quienes han quedado atrapados y para brindar atención médica a los heridos.
Según informes de la agencia de noticias Reuters, varios habitantes de la región han sido evacuados y se encuentran recibiendo atención médica en el Hospital Mohammed V de Safi. Las condiciones climáticas adversas han afectado no solo a la población, sino también a la infraestructura local, lo que complica los esfuerzos por restablecer la normalidad a la brevedad posible.
Además de los daños materiales evidentes, las autoridades están en alerta constante ante la posibilidad de que se produzcan nuevas lluvias torrenciales en los próximos días. La Dirección General de Meteorología de Marruecos ha emitido varias alertas naranjas, advirtiendo sobre nevadas e intensas tormentas que se esperan en varias provincias del país entre el domingo y el miércoles próximo.
La comunidad de Safi se encuentra sumida en la incertidumbre y el dolor por las víctimas de estas inundaciones. La historia reciente de este tipo de desastres naturales en Marruecos pone de manifiesto la vulnerabilidad que enfrentan muchas regiones del país ante el cambio climático, que ha intensificado la irregularidad de las lluvias.
Organismos internacionales y locales han comenzado a evaluar la magnitud de los daños ocasionados por estas lluvias intensas. Muchas organizaciones no gubernamentales han ofrecido su apoyo para ayudar a las familias afectadas, proporcionando alimentos, refugio y recursos médicos a los que lo necesitan.
De manera inmediata, se están llevando a cabo reuniones entre las autoridades y especialistas en gestión de desastres para establecer un plan de acción efectivo que permita responder a la emergencia actual y mitigar los efectos de futuras tormentas. Es vital que se tomen medidas preventivas para proteger a la población y su infraestructura frente a eventos climáticos extremos en el futuro.
















