La tercera jornada del juicio contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por presunta revelación de secretos, ha contado este miércoles con las declaraciones de Juan Lobato y Pilar Sánchez Acera. Ambos testigos han coincidido en exculpar a la Moncloa y al propio fiscal general de cualquier implicación en la filtración del correo electrónico en el que el abogado de Alberto González Amador —pareja de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso— reconocía delitos fiscales en nombre de su cliente.
Lobato, exsecretario general del PSOE de Madrid, ha explicado ante el Tribunal Supremo que, cuando recibió la imagen del correo de parte de Sánchez Acera, preguntó por su origen, ya que desconocía si el contenido se había hecho público. “Instrucciones y órdenes desde luego no”, ha afirmado tajante, al ser cuestionado sobre posibles directrices desde la Presidencia del Gobierno.
El ahora senador ha recordado que llevó ante notario los mensajes intercambiados con Sánchez Acera “por principio de prudencia”, no por sospechar que provinieran de la Fiscalía.
Por su parte, Pilar Sánchez Acera —actual número dos del PSOE madrileño y en aquel momento jefa de gabinete de Óscar López, entonces director del gabinete de Pedro Sánchez— ha negado también cualquier coordinación con Moncloa o el Ministerio Fiscal en relación con la difusión del correo.
Las declaraciones de ambos testigos contradicen la tesis inicial del juez instructor, Ángel Hurtado, quien sostuvo que García Ortiz actuó siguiendo “indicaciones recibidas de Presidencia del Gobierno”. Sin embargo, esa afirmación fue posteriormente matizada por la Sala de Apelación del Supremo, que consideró que no existían pruebas suficientes para sostener tal vinculación.
El proceso continúa en el Alto Tribunal con la comparecencia de nuevos testigos en los próximos días.




