Parte de la población Ceutí valora la creación de un ferry público, propiedad de Ceuta, que permita ofrecer billetes a precios asequibles sin perjudicar a las navieras privadas. El servicio tendría solo una o dos salidas diarias y navegaría a menor velocidad, completando el trayecto Ceuta–Algeciras en alrededor de dos horas, para garantizar disponibilidad económica sin romper la competencia del mercado.
Ceuta necesita una solución real y social al problema del transporte
Viajar desde la Península a Ceuta sigue siendo, para muchas personas, sencillamente prohibitivo. Incluso con descuentos, si viajas con vehiculo los precios de las compañías privadas superan con facilidad los 70 u 80 euros por trayecto, una cifra que deja fuera a familias, estudiantes, trabajadores y turistas.
Mientras tanto, viajar dentro de la Península —por tren, autobús o incluso avión— es mucho más barato. Esto genera un agravio evidente: moverse cientos de kilómetros cuesta menos que recorrer un trayecto marítimo de apenas una hora.
Un ferry público que no compita con las navieras: un equilibrio posible
La propuesta que gana apoyo ciudadano es clara: Ceuta necesita un ferry público, financiado y gestionado desde la ciudad. Pero esta iniciativa no tiene por qué suponer una competencia directa ni perjudicar a las navieras privadas.
El modelo planteado establece que el ferry municipal:
— Tendría solo 1 o 2 salidas al día, evitando monopolizar horarios esenciales.
— Operaría a menor velocidad, completando la ruta en dos horas.
— Se ajustaría a tarifas sociales para que cualquier persona pueda permitirse viajar a Ceuta.
Esto significa que el ferry público serviría como un servicio esencial, no como un rival comercial.
Un servicio básico para garantizar el derecho a la movilidad
El objetivo no es competir, sino garantizar un precio mínimo accesible para cualquier ciudadano que quiera viajar a Ceuta. El ferry público actuaría como “última opción garantizada”, una vía económica y estable para quienes no pueden asumir los costes actuales del mercado.
Mientras las navieras privadas seguirían dominando la oferta rápida, flexible y comercial, el ferry municipal aseguraría lo más importante: que venir a Ceuta no sea un lujo.
El resultado beneficiaría a toda la ciudad: más turismo, más movilidad y mayor igualdad en el acceso al transporte.
El problema actual: un mercado caro y restrictivo
A día de hoy, las navieras operan con libertad de horarios y tarifas, y aunque ofrecen servicios rápidos, los precios siguen siendo altos. Las empresas fijan sus costes en función de su actividad comercial, pero esto deja a muchos ciudadanos fuera del acceso a un transporte esencial.
La ausencia de una alternativa pública genera una situación de dependencia total del mercado privado, con un impacto directo en la economía ceutí, el turismo y la vida cotidiana de miles de familias.
Comparativa peninsular: viajar más lejos cuesta menos
Mientras el trayecto Ceuta–Algeciras cuesta más de 70 euros, es posible:
— Volar entre Madrid y Barcelona por 20 €.
— Viajar de Málaga a Sevilla en tren por 15–25 €.
— Desplazarse en autobús entre ciudades distantes por menos de 20 €.
La desigualdad es evidente: llegar a Ceuta paga más por moverse menos.
Un ferry municipal lento, estable y barato: la clave del éxito
La propuesta de que el ferry de Ceuta viaje más despacio —dos horas aproximadas por trayecto— y realice pocas salidas diarias tiene una función clara:
— Evita la competencia desleal con las navieras.
— Permite tarifas ultra-reducidas, sostenidas con gestión pública y menos consumo.
— Asegura un servicio básico que no depende de los intereses del mercado privado.
— Facilita que cualquier persona pueda venir a Ceuta, algo que hoy no ocurre por el coste.
El ferry público actuaría de manera complementaria, nunca como un sustituto del resto de compañías.
Ceuta debe garantizar la movilidad como un derecho, no como un privilegio
La creación de un ferry público, lento, limitado en horarios y con precios sociales, representa una solución justa y equilibrada. No compite con las navieras: las complementa, permitiendo que el resto del mercado siga siendo competitivo mientras la ciudad asegura que nadie queda excluido por motivos económicos.
Ceuta necesita tomar el timón de su futuro marítimo. Y eso empieza por garantizar que venir a la ciudad sea algo posible para todos, no solo para quienes pueden permitirse pagar tarifas elevadas.








