Junts per Catalunya no se plantea retomar la relación con el Gobierno de Pedro Sánchez, pese a la invitación navideña del presidente y su reconocimiento de “incumplimientos” respecto a los acuerdos previos con el partido de Carles Puigdemont. “Seguimos donde estábamos, mantenemos la posición”, afirmó la portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras, durante una rueda de prensa en Barcelona.
Nogueras subrayó que cualquier posible acercamiento depende de gestos claros y concretos por parte de Sánchez. “Nosotros hemos roto y hemos roto de verdad”, recalcó, dejando la pelota en el tejado de la Moncloa. La dirigente insistió en que no hay negociaciones activas con el PSOE y que cualquier decisión futura sobre retomar el entendimiento dependerá de la actuación del Gobierno: “Los partidos españoles solo reaccionan cuando están acorralados”.
Entre los puntos que podrían desbloquear la relación se encuentran el reconocimiento del catalán en Europa y el traspaso de competencias sobre inmigración a la Generalitat. Sin embargo, Junts mantiene escepticismo respecto a avances inmediatos: “Si no ha habido avances en dos años, no los habrá ahora”, indicó Nogueras.
Desde el Ejecutivo, la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, expresó la disposición del Gobierno a cumplir con todos los compromisos pendientes y a trabajar para restablecer la relación con Junts. “Confiamos en que el cumplimiento de los compromisos reestablezca la relación. Tenemos todavía cosas muy importantes que hacer. Cumpliremos con los compromisos con Junts y con el resto de formaciones políticas”, aseguró Montero.
Nogueras descartó que una foto o un encuentro entre Pedro Sánchez y Carles Puigdemont pueda cambiar la situación. “Una foto no blanqueará los incumplimientos”, dijo, y negó que el distanciamiento con el PSOE obedezca a una estrategia electoral.
El pulso entre Junts y el Gobierno se produce después de que Sánchez admitiera públicamente los incumplimientos y ofreciera medidas para subsanar las asignaturas pendientes con el partido independentista. Sin embargo, la formación de Puigdemont ha optado por darse tiempo para valorar los gestos, manteniendo la presión sobre la Moncloa mientras asegura que su prioridad sigue siendo “tomar decisiones pensando en los catalanes”.














