El Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) de la Agencia Tributaria decomisó más de 2.000 kg de cocaína escondidos dentro de un cargamento de piñas proveniente de Costa Rica, interceptado en un contenedor del buque “CMA CGM Better Ways” en el Puerto de Algeciras.
La operación, realizada el pasado 11 de diciembre, puso al descubierto una nueva modalidad de narcotráfico: la droga viajaba oculta entre cajas de fruta, utilizando la técnica conocida como “gancho ciego” (rip-off), que consiste en insertar la cocaína de forma clandestina dentro de un contenedor aparentemente legal, sin conocimiento de la empresa exportadora o importadora.
El contenedor intervenido llegó a bordo del portacontenedores con bandera de Malta, cubriendo rutas habituales entre Centroamérica y Europa. Durante la inspección, los agentes detectaron irregularidades en los escáneres de rayos X, lo que motivó una revisión manual del cargamento y permitió descubrir los fardos de cocaína ocultos tras las cajas de piñas.
Este no es un caso aislado: el Puerto de Algeciras —uno de los principales puertos de entrada de frutas y alimentos desde América hacia Europa— se ha convertido, en los últimos años, en un punto recurrente de intentos de introducir estupefacientes ocultos entre mercancía legítima. En 2024 ya se detectó más de una tonelada de cocaína en una remesa similar de piñas y en otras frutas tropicais.
Desde las autoridades se recalca que, aunque la mercancía legal es fruta, los controles se han intensificado gracias a la combinación de tecnología (escáneres) y actuaciones manuales de agentes especializados, lo que ha permitido evitar que esta enorme cantidad de droga llegase al mercado. El valor de lo interceptado rondaría varios millones de euros en el mercado ilícito.
Por el momento no se han registrado detenciones asociadas a este cargamento, aunque la investigación continúa abierta para determinar todas las redes implicadas, el destino previsto de la droga y si existe una organización detrás de la operación.
Qué significa esta incautación
- Refuerza la importancia del control aduanero en puertos sensibles ante modalidades de narcotráfico cada vez más sofisticadas.
- Muestra cómo la fruta y otros productos agrícolas pueden ser utilizados como “camuflaje” para introducir droga en Europa.
- Supone un duro golpe a las redes criminales de tráfico de drogas, que pierden un cargamento millonario y ven sus métodos expuestos.
- Demuestra que incluso rutas comerciales habituales entre América y Europa no están exentas de riesgos y que la colaboración internacional sigue siendo clave.
La incautación de más de dos toneladas de cocaína en piñas enviadas desde Costa Rica vuelve a poner de manifiesto la dimensión del narcotráfico en rutas marítimas y la necesidad de mantener controles rigurosos en puertos clave como Algeciras. Gracias a la labor del Servicio de Vigilancia Aduanera, esta operación no llegó a buen puerto: la droga fue interceptada a tiempo —y con ella, una parte del negocio ilícito que amenazaba convertirse en mercancía para las calles de Europa.

















