Donald Trump confirmó este lunes lo que describió como el primer ataque estadounidense en suelo venezolano. «Hubo una gran explosión en el muelle donde cargan los barcos con drogas. Atacamos todos los barcos y ahora atacamos la zona», declaró durante un encuentro con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en su residencia de Mar-a-Lago, Florida.
El mandatario sorprendió además al revelar que ha retomado conversaciones con Nicolás Maduro, luego de una primera llamada telefónica hace semanas, con el secretario de Estado, Marco Rubio, presente. Esa comunicación anterior no había derivado en acuerdos concretos.
La información sobre el supuesto ataque estadounidense generó confusión en medios y redes sociales, ya que no hubo confirmación oficial de las autoridades estadounidenses. El episodio comenzó a difundirse el pasado viernes, cuando Trump, durante el podcast The Cats&Cosby Show, sugirió que fuerzas estadounidenses habían desmantelado una instalación donde operaban embarcaciones de narcotráfico.
Trump destacó la reducción del tráfico de drogas por mar en un 97,2% como resultado de la llamada «primera fase» de la lucha contra el Cártel de los Soles, grupo vinculado a Maduro según Washington. En semanas recientes, las fuerzas estadounidenses han ejecutado más de treinta operaciones en el Caribe y el Pacífico, que se habrían saldado con 105 víctimas.
Aunque medios estadounidenses intentaron corroborar la información, no hubo confirmación por parte del Pentágono, la Casa Blanca ni el Departamento de Estado. Una sola fuente anónima estadounidense indicó que la operación se había realizado, sin precisar ubicación, método o tipo de instalación atacada.
En paralelo, una fábrica de productos químicos en Maracaibo, Primazol, sufrió un incendio en la madrugada de Nochebuena. La empresa descartó en dos comunicados cualquier relación con ataques militares, atribuyendo el incidente a un siniestro interno con daños materiales.
El misterio persiste, ya que el patrón habitual del narcotráfico en la zona indica que la cocaína llega principalmente desde Colombia, especialmente la región del Catatumbo bajo control del ELN. La droga se distribuye desde Venezuela, destacando la participación del Cártel de los Soles. La fábrica incendiada se encuentra cerca del Lago de Maracaibo, a sólo tres kilómetros de la salida natural hacia el Golfo de Venezuela y el Caribe.


















