Las organizaciones agrarias españolas han intensificado sus denuncias por la creciente importación de frutas y hortalizas procedentes de Marruecos, que consideran que está erosionando la competitividad del sector nacional y poniendo en riesgo la sostenibilidad de sus explotaciones.
Durante una jornada de debate celebrada en el Parlamento Europeo, representantes de asociaciones como Fepex, COAG y ASAJA han señalado que Marruecos ha superado a España como principal proveedor de tomates para la Unión Europea, en gran parte debido a un marco comercial que favorece los productos importados frente a los nacionales.
El problema se agrava, según los agricultores, por la gran desigualdad en los costes de producción entre ambos países. Mientras las normativas europeas obligan a los productores españoles a cumplir estrictos estándares laborales y medioambientales, sus homólogos marroquíes pueden operar con salarios y costes muy inferiores, lo que reduce el precio de sus exportaciones y genera, en opinión del sector, una forma de competencia desleal en el mercado comunitario.
Además, la reciente modificación del acuerdo de asociación entre la UE y Marruecos —que incluye productos procedentes del Sáhara Occidental con beneficios arancelarios— ha generado especial malestar. Las organizaciones agrarias temen que esta ampliación del trato preferencial permita a Marruecos aumentar aún más sus exportaciones, profundizando el desequilibrio comercial y afectando a productores españoles que ya sufren descensos significativos en su producción y cuota de mercado.
Desde el sector se reclama una revisión de las políticas comerciales europeas para garantizar una competencia más equilibrada y que se respeten los estándares de origen, etiquetado y control, con el objetivo de proteger al campo español frente a lo que consideran una amenaza estructural para su viabilidad económica.












