La Selección española de tenis volvió a demostrar que su fuerza reside en la unidad y en un espíritu competitivo inquebrantable. España logró una heroica remontada (2-1) ante la todopoderosa Chequia en la Final a 8 de la Copa Davis, convirtiéndose en semifinalista por primera vez desde 2019. El triunfo en el dobles de Marcel Granollers y Pedro Martínez, sumado a la victoria previa de Jaume Munar, certificó una machada que parecía impensable hace apenas unas semanas.
El equipo capitaneado por David Ferrer, que afrontó la cita sin su principal referencia, Carlos Alcaraz, fue capaz de sobreponerse a un arranque adverso tras la derrota de Pablo Carreño ante Jakub Mensik (7-5, 6-4). Pero si algo caracteriza a esta España es su capacidad para reaccionar cuando camina al borde del precipicio, como ya demostró hace dos meses en Marbella, donde remontó un 0-2 por primera vez en la historia del tenis español.
Munar, el impulso necesario
Obligado a ganar para mantener con vida a la Armada, Jaume Munar firmó su mejor partido con la camiseta de España y superó a Jiri Lehecka por un convincente 6-3 y 6-4. Era su primera victoria individual en Copa Davis y llegaba en el momento más crítico. “Tenía plena confianza con o sin Carlos. Hay que aferrarse a lo que tenemos”, declaró el balear tras su actuación, que devolvió el empate a la eliminatoria y dio alas al equipo.
Granollers y Martínez deciden en un dobles épico
Con el 1-1 en el marcador, Ferrer confió en el dúo formado por Granollers, campeón de dos Grand Slams este año en dobles, y un Pedro Martínez que llegó a Bolonia tras ocho derrotas consecutivas. Pero la Davis tiene algo especial para él. “Sé jugar al tenis para jugar aquí”, le dijo Pedro a su compañero antes de saltar a pista.
España selló la clasificación en un encuentro de altísima tensión ante Mensik y Machac, resuelto por 7-6(8) y 7-6(8) después de salvar cinco bolas de set a lo largo del partido. Granollers mostró su jerarquía en la red, mientras que Martínez brilló en los momentos de mayor presión. La pareja checa, sostenida por Machac pero lastrada por los errores de un Mensik irregular, no aprovechó sus oportunidades. La doble falta final del joven checo abrió la puerta a las semifinales para la Armada.
Una hazaña más de la “España de los milagros”
El conjunto español celebró el triunfo como lo que es: una victoria colectiva para un equipo que ha convertido la adversidad en combustible. Desde la baja de Alcaraz hasta los marcadores en contra, España encontró siempre la forma de sobrevivir.
Ahora, la Selección espera al ganador del duelo entre Argentina y Alemania, rival al que se enfrentará este sábado por un puesto en la final. La séptima Ensaladera está a solo dos pasos, y esta España, acostumbrada a caminar en el alambre, ha demostrado que nunca deja de creer.










