La Roja se impone en el partido de vuelta en el Metropolitano con un doblete de Claudia Pina y un golazo de Vicky López, asegurando su segundo título consecutivo en la competición.
La Selección Española Femenina de Fútbol ha revalidado su título en la Liga de Naciones al golear a Alemania por 3-0 en el partido de vuelta de la final, disputado en el Estadio Metropolitano de Madrid. Tras un inicio con dudas debido a la derrota en la ida y la lesión de Aitana Bonmatí, España demostró una superioridad futbolística arrolladora y se coronó campeona por segunda edición consecutiva.
Los goles españoles llegaron gracias a una exhibición ofensiva marcada por las jóvenes promesas y el liderazgo de las veteranas. El camino lo abrió Claudia Pina con un potente disparo desde fuera del área que se le escapó a la portera alemana Berger. El gol liberó a España, que había avisado antes con un remate de chilena de Esther detenido por Berger.
El segundo tanto fue obra de Vicky López, la sustituta de Aitana, quien firmó un golazo al perfilarse desde un costado y meter la pelota por la escuadra con la zurda, marchándose ovacionada del campo. Claudia Pina sentenció el encuentro con su segundo gol, otro disparo imparable desde fuera del área, que le valió el trofeo a Mejor Jugadora del Partido.
Relevo generacional y regreso de las veteranas
La victoria en el Metropolitano no solo significa un nuevo título, sino que confirma el excelente estado del relevo generacional en la Roja. Los goles vinieron de la mano de Pina y Vicky López, demostrando que el futuro está asegurado.
Las veteranas también fueron fundamentales: Alexia Putellas (elegida Mejor Jugadora de la Final) se encargó de mandar en el partido, mientras que el regreso de Jenni Hermoso y Mapi León simboliza la vuelta a la paz en la selección. Jenni Hermoso tuvo minutos al final, recibiendo el cariño de una afición que la esperaba con entusiasmo.
El título es también el primero para la seleccionadora Sonia Bermúdez, quien ha logrado el éxito en tan solo cuatro partidos al mando de la absoluta (semifinales y final).
España recuperó la pelota, su identidad, y liquidó la final en siete minutos mágicos que confirmaron que la Liga de Naciones solo conoce a una campeona.













