Podemos continúa alejándose de los pactos de unidad en la izquierda y avanza hacia una presentación en solitario en las próximas elecciones generales, con Irene Montero como candidata principal. Esta decisión enfrenta al partido morado con Sumar, IU y otras fuerzas de la izquierda alternativa al PSOE, generando posibles consecuencias negativas para las aspiraciones de Pedro Sánchez debido a la fragmentación del voto.
Mientras tanto, Yolanda Díaz consolida sus alianzas con IU, acumulando acuerdos de coalición en siete de las ocho elecciones recientes, incluyendo Galicia, Euskadi, Cataluña y las europeas. Extremadura se ha convertido en la excepción, donde Podemos e IU mantuvieron la alianza regional Unidas por Extremadura, dejando fuera a Sumar para evitar conflictos internos.
El enfoque de Podemos es claro: vetar cualquier pacto que incluya a la formación de la vicepresidenta segunda, considerada por los morados como una izquierda «sumisa» y «subordinada» al PSOE, incluso si eso implica concurrir en solitario a los comicios.
En Aragón, la división ya es un hecho: la izquierda alternativa se presentará en tres listas separadas —Chunta Aragonesista, Podemos y la coalición IU-Movimiento Sumar—, lo que evidencia la imposibilidad de mantener la unidad a nivel nacional. Marta Abengochea, coordinadora general de IU Aragón, encabezará la lista conjunta con Sumar, mientras Podemos seguirá por su cuenta.
Los próximos desafíos para la izquierda alternativa serán las elecciones de Castilla y León y Andalucía. En esta última, considerada clave, IU y Movimiento Sumar seguirán con la candidatura unitaria Por Andalucía, mientras que Podemos mantiene su veto a Díaz y planea presentarse en solitario con Juan Antonio Delgado al frente.
El panorama político indica que la fragmentación de la izquierda se mantendrá en los próximos meses, complicando la estrategia de unidad y abriendo un nuevo ciclo de confrontaciones entre las fuerzas moradas y las lideradas por Díaz.


















