El Gobierno de Marruecos ha lanzado duros mensajes contra el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ante la posibilidad de que, si llega al poder, corrija el giro diplomático adoptado por Pedro Sánchez respecto al Sáhara Occidental. Desde medios oficiales marroquíes se ha advertido de que revertir esa postura podría tener consecuencias directas, especialmente en forma de un aumento de los flujos migratorios hacia España.
La tensión surge a raíz del cambio de posición del Gobierno español en 2022, cuando Sánchez calificó como “la base más seria, realista y creíble” el plan marroquí de autonomía para el Sáhara, rompiendo con la histórica neutralidad de España en este conflicto. Este movimiento generó críticas internas y externas, incluidas las del PP, que siempre ha defendido recuperar una política exterior basada en el consenso y el respeto al derecho internacional.
En Rabat existe preocupación ante un hipotético cambio de rumbo con un nuevo Ejecutivo en Madrid. Según distintos análisis, Marruecos podría utilizar la presión migratoria como instrumento de advertencia política, tal y como ya ha ocurrido en otros momentos de crisis bilateral.
Para España, la relación con Marruecos es especialmente sensible. La colaboración entre ambos países resulta fundamental en el control de la inmigración irregular, pero también en la lucha contra el terrorismo, el crimen organizado y la vigilancia de las fronteras en el Estrecho y en el norte de África.
Este escenario vuelve a poner de manifiesto la enorme importancia estratégica del vínculo entre Madrid y Rabat, así como la delicadeza del equilibrio diplomático en torno al Sáhara. Cualquier modificación en la postura oficial española podría tener efectos inmediatos tanto en la política exterior como en la seguridad y la estabilidad interna del país.












