La ciudad hispalense vive uno de los días más señalados de su calendario religioso con la celebración del Día de la Esperanza, una jornada en la que casi una decena de imágenes marianas se encuentran expuestas en besamanos en distintos templos de la capital, congregando a numerosos fieles y devotos.
Esta festividad, profundamente arraigada en la tradición cofrade sevillana, reúne una intensa programación de cultos y actos de veneración en honor de las distintas advocaciones de la Virgen de la Esperanza y de la Virgen de la O. Hermandades y cofradías han organizado besamanos, triduos y funciones solemnes que se desarrollan durante estos días previos a la Navidad, reforzando el ambiente de recogimiento y devoción propio del Adviento.
Entre los actos más destacados se encuentra el besamanos de la Esperanza Macarena, que conmemora el centenario del primero celebrado en la parroquia de San Gil. Para la ocasión, la hermandad ha recreado un altar inspirado en el montado en 1925, al que han acudido fieles desde primeras horas del día.
También la Esperanza de Triana permanece expuesta en besamanos en la Capilla de los Marineros, con un horario amplio e ininterrumpido que permite la participación de devotos a lo largo de toda la jornada, combinando momentos de oración y rezo comunitario.
Junto a estas corporaciones, otras hermandades como La O, Bendición y Esperanza, Gracia y Esperanza o La Trinidad, entre otras, se suman a esta celebración ofreciendo a los fieles la posibilidad de venerar a sus titulares marianas, consolidando una de las tradiciones más queridas del calendario cofrade sevillano.
El Día de la Esperanza se vive así como una manifestación de fe y de identidad colectiva, convirtiéndose en un punto de encuentro para familias, hermandades y visitantes que encuentran en estos cultos una antesala espiritual a la celebración de la Navidad.















