Las autoridades neerlandesas investigan la muerte de un adolescente de 15 años que fue abatido a tiros por la policía el pasado domingo en Capelle aan den IJssel, cerca de Róterdam, después de haber participado presuntamente en el robo de una bicicleta eléctrica tipo fatbike.
De acuerdo con la versión oficial, el menor habría utilizado un arma de fuego durante el hurto, la cual fue encontrada posteriormente en su poder. Tras huir del lugar, fue localizado en las inmediaciones de un restaurante McDonald’s, donde la policía intentó detenerlo. Según el portavoz del cuerpo, los agentes le advirtieron en varias ocasiones para que soltara el arma, pero el joven desobedeció y salió corriendo, lo que desencadenó los disparos mortales.
El incidente ocurrió frente a decenas de familias y niños que se encontraban en el establecimiento. “Había muchas familias, también niños pequeños. Todos están profundamente afectados: los testigos, los allegados del chico, pero también los propios agentes”, declaró el alcalde de Capelle, Joost Manusama, quien pidió no especular hasta que concluyan las investigaciones.
El suceso provocó un gran despliegue de servicios de emergencia, incluyendo un helicóptero médico. El restaurante cerró temporalmente y ha prometido apoyo psicológico tanto a sus empleados como a las personas que presenciaron el tiroteo.
Manusama subrayó además la preocupación por el aumento de la participación de jóvenes en delitos: “Trabajamos con escuelas, organizaciones juveniles y la policía para mantener un buen contacto con ellos, pero también para poner límites y sancionar cuando es necesario”.