Un nuevo episodio de violencia en las cárceles ecuatorianas ha dejado al menos trece reos muertos en un enfrentamiento que ocurrió en la prisión de Machala. Este suceso se suma a la trágica cifra de muertes que han asolado el sistema penitenciario del país en los últimos meses, donde las bandas rivales se enfrentan por el control de los reclusos y actividades ilícitas.
Según informes de prensa local, el incidente se produjo durante la tarde, cuando estalló lo que parece ser un artefacto explosivo, posiblemente un dron, en las cercanías de la prisión. Este ataque fue diseñado para distraer a los agentes de seguridad, lo que permitió que se desarrollara el motín en el interior del recinto.
El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI) ha sido criticado por su falta de respuesta rápida y efectiva ante la situación. Aunque se han presentado imágenes de familiares de los reos esperanzados e angustiados fuera de la prisión, el organismo encargado de manejar las cárceles ha dicho que se están verificando los hechos con las autoridades pertinentes.
Las primeras investigaciones sugieren que los reos fallecieron debido a asfixia, aunque también se ha reportado que algunos han sido identificados. Este caso particular se suma a un caos ya existente en el sistema penitenciario, donde cientos de muertes han ocurrido desde 2021 debido a una violencia desenfrenada.
Este enfrentamiento no es un suceso aislado. Solo el pasado 9 de noviembre, la penitenciaría de Machala había sido territorio de otro violento enfrentamiento, resultando en la muerte de 27 prisioneros, y en su mayoría ahorcados. La situación se ha vuelto crítica, y muchos se preguntan cuándo el gobierno tomará medidas efectivas para controlar esta crisis.
El SNAI, que asegura que está tratando de contener esta ola de violencia, ha señalado que las muertes reportadas el 1 de noviembre también se debieron a «muertes naturales», citando tuberculosis como la causa de fallecimientos de otros prisioneros. Sin embargo, muchos críticos argumentan que estas explicaciones son insatisfactorias y que el gobierno debe abordarse el tema de las condiciones insalubres en las cárceles.
Desde 2021, cerca de 600 reclusos han perdido la vida en las cárceles de Ecuador, la mayoría de ellos debido a enfrentamientos violentos entre diferentes bandas criminales. Esta situación ha llevado al país a encabezar las estadísticas de violencia en América Latina, convirtiendo a sus cárceles en uno de los epicentros de la crisis criminal.
La respuesta del estado ha sido militarizar algunas prisiones y colocar otras bajo el control de la Policía Nacional. Sin embargo, muchos se cuestionan si esas son las soluciones adecuadas para un problema que requiere una intervención más profunda y estructural. La administración del presidente Daniel Noboa, que ha declarado un «conflicto armado interno», parece enfrentar enormes desafíos en su lucha contra esta creciente ola de crimen.
















