Izquierda Unida y Compromís se desmarcan del núcleo duro de Yolanda Díaz y avisan de que la paciencia con los incumplimientos del PSOE se puede agotar, aunque la prioridad sigue siendo mantener vivo el Gobierno de coalición.
El «caso Koldo» y la detención del exministro José Luis Ábalos han provocado nuevas grietas internas en la coalición Sumar. Mientras el núcleo cercano a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, opta por una posición de bajo perfil para proteger la estabilidad del Gobierno, socios clave como Izquierda Unida (IU) y Compromís exigen mayor contundencia y claridad al PSOE ante los casos de corrupción.
La línea oficial de Sumar, reiterada por el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, es que la investigación no debe desembocar en una crisis de Gobierno. Urtasun calificó los problemas de corrupción como algo que afecta a «antiguos dirigentes» y centró su discurso en la preocupación por el caso y la fe en la coalición, en lugar de reprochar a Pedro Sánchez la falta de explicaciones. Este discurso ha sido interpretado como un intento de «escudo» para el PSOE.
Críticas desde Compromís e Izquierda Unida
La postura de Urtasun choca con la de otros socios. El diputado de Compromís, Alberto Ibáñez, fue el primero en expresar públicamente el malestar, exigiendo a Sánchez que «espabile» y dé más explicaciones sobre los puntos oscuros del caso.
«A todos se nos puede acabar la paciencia», avisó Ibáñez, quien lamentó que el presidente estuviera «tardando» en aclarar la situación.
En la misma línea, el diputado de IU, Nahuel González, se desmarcó parcialmente de la dirección de Yolanda Díaz y afeó al PSOE carecer de la «ambición» necesaria a la hora de luchar contra la corrupción.
Los miembros de IU (que sí tiene una ministra en el Gobierno) y Compromís (que no tiene) coinciden en que, si bien no se debe cuestionar la permanencia en el Ejecutivo, sí hace falta exigir mayor transparencia para no quedar expuestos ante los ataques de Podemos y la oposición.
Estrategia y riesgo electoral
La tensión también se relaciona con el calendario electoral. IU, en especial, busca distanciarse del desgaste del PSOE de cara a los próximos comicios autonómicos, como los de Andalucía, donde el coordinador federal, Antonio Maíllo, es candidato y busca consolidar el «feudo» de su formación.
El equilibrio de Sumar se complica: debe mantener vivo el Ejecutivo, pero al mismo tiempo permitir a sus socios modular un discurso más crítico y anticorrupción para sus intereses electorales regionales.












