Este fin de semana arranca la Copa Africana de Naciones (CAN) 2025 en Marruecos, un torneo que el país utiliza como escaparate de su ambiciosa preparación para el Mundial 2030, que organizará junto a España y Portugal.
De los nueve estadios que acogerán los encuentros de la CAN, cinco forman parte del programa mundialista: Rabat, Tánger, Fez, Agadir y Marrakech. Mientras Rabat y Tánger ya cumplen con los requisitos FIFA, los recintos de Marrakech, Agadir y Fez serán renovados tras la Copa de África para adaptarse a los estándares del Mundial.
Marruecos ha invertido más de 1.860 millones de euros en modernizar sus infraestructuras deportivas, dentro de un plan global de aproximadamente 14.000 millones de euros que busca transformar el país en un referente deportivo y tecnológico. Además, se están acondicionando 55 centros con más de 100 campos de fútbol, y el recinto de la Feria Internacional de Casablanca se actualizará como Centro Internacional de Difusión con más de 40.000 m² de infraestructura tecnológica.
El país también se prepara para sorprender con el Estadio Hassan II de Casablanca, que se convertirá en el más grande del mundo con capacidad para 115.000 espectadores y una superficie de más de 100 hectáreas. Aunque Marruecos pretende disputar la final del Mundial en este recinto, los planes actuales de la FIFA apuntan a Madrid como sede del partido decisivo.
Paralelamente, Marruecos continúa impulsando el fútbol femenino, profesionalizando la Liga Nacional y creando academias y centros de formación mixtos, lo que ha permitido que la selección femenina alcance su primer Mundial en la historia.
Con estos avances, Marruecos demuestra que está listo no solo para albergar la CAN 2025, sino también para consolidarse como un socio sólido en la organización del Mundial 2030.















