El ex ministro de Transportes José Luis Ábalos ha recibido este viernes su primera visita en la cárcel de Soto del Real, tras haber cumplido ya una semana ingresado en el centro penitenciario madrileño. Hasta allí se desplazaron su hijo mayor, Víctor Ábalos, y su expareja, Andrea de la Torre, con quien mantuvo una relación de cuatro años.
Ambos llegaron alrededor de las 17:40 horas, se identificaron en el control de acceso y, tras resolver un pequeño problema técnico, pudieron verle por primera vez desde su ingreso en prisión. El encuentro se produjo a través de un cristal, sin posibilidad de contacto físico ni de abrazos.
Víctor Ábalos y Andrea de la Torre acudieron cargados con bolsas que contenían ropa de abrigo para hacer frente a las bajas temperaturas típicas de la sierra madrileña en estas fechas. Según relató el propio ex ministro durante la comunicación, lleva varios días resfriado y se ha visto afectado por el intenso frío dentro del centro. De hecho, portaba un paquete de pañuelos, ya que su nariz no dejaba de gotear mientras conversaba con sus familiares.
Durante la visita, Ábalos también les explicó las dificultades que está experimentando para descansar. La almohada, según les indicó, es extremadamente fina, al igual que el colchón de goma espuma, lo que ha derivado en noches con escaso sueño. La última madrugada fue algo más llevadera gracias a una manta extra que pudo conseguir tras la salida de otro interno.
A pesar de las condiciones, el ex ministro se mostró tranquilo y aseguró encontrarse bien, tratando de no preocupar a sus seres queridos. Les preguntó por su situación y expresó su deseo de que los medios de comunicación no les sometan a una presión excesiva.
Ábalos continúa compartiendo celda con quien fue su asesor, Koldo García. Este último coincidió con los visitantes en la sala de comunicaciones y les saludó brevemente. Ambos cuentan con autorización para recibir visitas presenciales los viernes y los sábados, aunque durante los primeros tres meses estas deberán realizarse a través de cristal y con una duración máxima de 40 minutos.
El ex ministro también les comunicó qué objetos necesitará en esta nueva etapa, y acordaron las próximas fechas para futuros encuentros. Aunque tiene declaraciones judiciales previstas relacionadas con asuntos de honor, por ahora su prioridad es mantener el contacto con su entorno más cercano.
Poco a poco, Ábalos comienza a adaptarse a la vida en prisión, un escenario que, según ha comentado, nunca imaginó tras haber ocupado uno de los puestos más relevantes en el Gobierno.














