El ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, ha replicado con una dura carta al presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello, por sus declaraciones en La Vanguardia, donde Argüello pidió una cuestión de confianza, moción de censura o elecciones para desbloquear la situación política española. Bolaños acusa a Argüello de romper la «neutralidad política de la Iglesia» y deduce que el presidente de la CEE preferiría un «Gobierno de la derecha y la extrema derecha» por ser «más comprensivo» con sus posturas.
La crítica del Arzobispo y la respuesta de Bolaños
La polémica surge a raíz de las declaraciones de Luis Argüello publicadas este domingo, en las que manifestaba que la situación política está «más bloqueada» que hace seis meses, principalmente por la falta de Presupuestos, sugiriendo vías para el cese del actual Gobierno.
El ministro Bolaños lamenta que es la «segunda vez en un corto periodo de tiempo» que Argüello se pronuncia «a favor del fin del actual Gobierno, rompiendo una vez más la neutralidad política de la Iglesia».
El ministro socialista ha sido contundente en su petición:
«Le pido expresamente que se abstenga de romper su neutralidad política y actúe con respeto hacia la democracia y el Gobierno. Y en este sentido, le emplazo a abordar los retos a los que se enfrenta la Iglesia y la relación con el Gobierno con ánimo constructivo y respetando todas las sensibilidades que existen en nuestro país.»
La preferencia política de la CEE
Bolaños deduce de las declaraciones de Argüello que existe una preferencia clara por parte de la jerarquía eclesiástica hacia otras formaciones políticas. El ministro sugiere que el presidente de la CEE «preferiría que su interlocutor fuesen fuerzas políticas diferentes» (en alusión al PP y Vox).
Según Bolaños, Argüello entiende que «un Gobierno de la derecha y la extrema derecha» sería «más comprensivo hacia las posiciones de su organización». Sin embargo, el ministro advierte que esta «preferencia personal» no justifica la ruptura de la «neutralidad partidista» que se le debe presuponer a la Iglesia en un Estado aconfesional.
El ministro ya había advertido a Argüello el pasado 20 de junio sobre la inadecuación de estos «pronunciamientos partidistas» en un Estado basado en una doble neutralidad: la de los poderes públicos hacia la libertad de culto, y la de las confesiones religiosas sobre los titulares del poder político.














