El 29 de octubre de 2024, en plena emergencia provocada por la DANA en la Comunitat Valenciana, la entonces consellera de Justicia e Interior, Salomé Pradas, alertó por WhatsApp al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, de la preocupación existente por la evolución del barranco del Poyo y la situación en la Ribera Alta. La respuesta de Mazón fue un escueto y coloquial: “Cojonudo”.
Los mensajes forman parte de la documentación que Pradas ha entregado a la jueza que investiga la gestión de la emergencia. Tanto ella como su antiguo número dos, Emilio Argüeso, figuran actualmente como investigados en la causa judicial. La exconsellera ya había mencionado estos intercambios en una entrevista televisiva, tras la cual la magistrada le solicitó el historial completo.
A lo largo de la mañana, Pradas fue informando a Mazón sobre la evolución del temporal, las alertas activas, el estado del litoral y las actuaciones en curso. En uno de sus mensajes, le comunicó que dos pabellones de una residencia de mayores en Carlet se habían inundado, aunque la situación estaba controlada tras reubicar a los residentes.
A primera hora de la tarde, alrededor de las 13:03, volvió a escribirle para advertirle de que lo más preocupante en ese momento era la situación en la Ribera Alta —incluidos el barranco del Poyo y el río Magro—, donde se acababa de decretar la alerta hidrológica. También detalló el refuerzo del servicio de emergencias 112, la movilización de bomberos forestales y del Consorcio Provincial de Valencia, así como las recomendaciones por el temporal marítimo. Poco después añadió que se estaban realizando rescates con helicóptero y que se había solicitado apoyo al Consorcio de Castellón. A este bloque de información llegó la respuesta de Mazón: “Cojonudo”.
En ese mismo intercambio, Pradas también le informó de un asunto ajeno al temporal: la inminente firma de un preacuerdo con los bomberos forestales, prevista para el día siguiente, a lo que el presidente reaccionó de forma positiva.
A las 14:11, Pradas le comunicó que la situación “se complicaba en Utiel”, un mensaje que no obtuvo respuesta. Poco después, Mazón se dirigió al restaurante El Ventorro, donde permaneció hasta aproximadamente las 19:00 horas. Posteriormente se desplazó al Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi), al que llegó a las 20:28.
Estos mensajes aportados al juzgado vuelven a situar en el foco la gestión institucional de la emergencia del 29-O y el grado de conocimiento que tenían las autoridades sobre la gravedad de la situación a lo largo del día.











