Miles de agricultores y cientos de tractores han colapsado hoy las calles de Bruselas en una movilización masiva que coincide con la reunión del Consejo Europeo. El sector agrario denuncia la «ruina» que supondrán los nuevos recortes en la Política Agrícola Común (PAC) y la falta de reciprocidad en los acuerdos comerciales, con el pacto de Mercosur como principal foco de conflicto. Mientras los líderes de los Veintisiete debaten el presupuesto comunitario, el campo advierte de que no aceptará ser la «moneda de cambio» de la Unión Europea.
Un sector en pie de guerra por la PAC
Las organizaciones agrarias españolas presentes en la protesta, como Asaja y UPA, han mostrado su rechazo frontal a la propuesta de la Comisión Europea. Critican especialmente un recorte previsto del 20% en el presupuesto, una cifra que consideran incompatible con las exigencias medioambientales y burocráticas que se les imponen.
«No se nos puede pedir hacer más cosas con menos dinero», han subrayado los representantes del sector, quienes exigen que la agricultura sea considerada una política estratégica, al mismo nivel que la seguridad o la migración, para garantizar la soberanía alimentaria de Europa.
El fantasma del Mercosur y la «falta de reciprocidad»
La tensión se ha desplazado también al ámbito comercial. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, tiene previsto viajar este viernes a Brasil con la intención de firmar el acuerdo con Mercosur el sábado. Sin embargo, para los agricultores europeos, este tratado representa una competencia desleal al permitir la entrada de productos de terceros países que no cumplen las estrictas normativas fitosanitarias y sociales de la UE.
Desde el sector denuncian que se está cerrando un acuerdo «a espaldas» de los productores y exigen la aplicación de cláusulas espejo: que cualquier país que exporte a la UE juegue con las mismas reglas de juego.
División en el Consejo: Francia lidera el rechazo
A pesar de las prisas de Bruselas por cerrar el acuerdo, la cumbre de líderes ha evidenciado una profunda división. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha reiterado su oposición frontal al texto actual: «No estamos listos para firmar un cheque en blanco», ha declarado a su llegada. Francia, junto a países como Italia y Polonia, condiciona su apoyo a la inclusión oficial de salvaguardas y «frenos de emergencia» que protejan los precios locales ante una avalancha de importaciones.
La respuesta de la Comisión
En un intento por calmar los ánimos, Von der Leyen se ha reunido con representantes del sector prometiendo «ayudas específicas» para las pequeñas explotaciones familiares y jóvenes agricultores, además de una simplificación de las normas administrativas. No obstante, el compromiso de la alemana de obtener «luz verde» para el Mercosur esta misma semana mantiene la alerta máxima en las carreteras europeas.
















