El inicio de 2026 trae consigo un pequeño pero significativo cambio en la edad legal de jubilación en España, continuando con el calendario gradual establecido por la reforma de pensiones de 2011. Desde el 1 de enero, la edad ordinaria para acceder a la pensión completa será de 66 años y 10 meses para quienes tengan menos de 38 años y 3 meses cotizados. Aquellos que superen ese mínimo podrán retirarse a los 65 años. Este ajuste representa un incremento de dos meses respecto a 2025.
Asimismo, para cobrar el 100% de la base reguladora será necesario haber cotizado al menos 36 años y 6 meses, marcando el último paso de la reforma antes de que, en 2027, la edad ordinaria se fije en 67 años para la mayoría de los trabajadores.
La jubilación anticipada, ya sea voluntaria o involuntaria, seguirá disponible. En 2026, se podrá solicitar a partir de los 62 años y 10 meses en casos involuntarios, y a partir de 64 años y 10 meses de manera voluntaria, siempre ajustándose al periodo de cotización.
Los pensionistas actuales también recibirán buenas noticias: sus pensiones aumentarán un 2,7% a partir de enero, garantizando que los aproximadamente 11 millones de beneficiarios mantengan su poder adquisitivo. Además, la pensión mínima para personas mayores de 65 años en hogares unipersonales sube a 13.107 euros anuales, mientras que la máxima alcanzará los 3.360 euros mensuales, incluyendo un ajuste adicional para compensar la mayor cotización de las bases máximas.
El complemento por reducción de la brecha de género también se revalorizará un 2,7%, añadiendo 36,90 euros mensuales por hijo a quienes cumplan los requisitos, hasta un máximo de cuatro hijos.
Con estos ajustes, la reforma de 2011 completa su despliegue progresivo, estableciendo las edades y requisitos que regirán hasta cualquier futura modificación legislativa.


















