El expresidente catalán Carles Puigdemont ha decidido intensificar la presión sobre el Gobierno de Pedro Sánchez utilizando el debate sobre la inmigración como palanca política. Desde Bruselas, el líder de Junts planea llevar “al límite” al PSOE en las negociaciones, al tiempo que sopesa dar por concluida la “prórroga” de apoyo a Sánchez en el Congreso.
La estrategia se materializa con la exigencia de someter a votación la transferencia de competencias en materia de extranjería a la Generalitat, un movimiento que fuerza al Ejecutivo a posicionarse en un terreno altamente sensible tanto en el plano jurídico como político.
Fuentes del entorno de Puigdemont advierten que esta maniobra busca comprobar hasta dónde está dispuesto a ceder el PSOE, en un momento en que el Gobierno depende de los votos de Junts para mantener su frágil mayoría parlamentaria.
El desafío añade tensión a la relación entre los socialistas y la formación independentista, y reabre el debate sobre los límites de la negociación con quienes sostienen la gobernabilidad desde fuera de España.