La tranquila localidad de Otterndorf, al norte de Alemania, se encuentra en el centro de una investigación estatal tras la reproducción de canciones de una banda neonazi prohibida a través de la megafonía oficial de su mercado navideño. Los temas, con letras de contenido antisemita y racista, sonaron durante el pasado fin de semana ante el estupor de visitantes y autoridades. El Servicio de Seguridad del Estado ha asumido el caso, que apunta a una posible negligencia de la empresa de sonido o a un sabotaje externo.
Himnos del odio en el recinto oficial
Los hechos comenzaron el pasado viernes y, según testigos, se repitieron de forma intermitente hasta el domingo. La música detectada pertenece al grupo Landser, una banda vinculada al neonazismo que fue declarada organización criminal por la justicia alemana en 2003. Sus letras, prohibidas en todo el país, incluyen mensajes de odio y exaltación del ideario nazi, lo que ha generado una profunda conmoción en un evento tradicionalmente familiar.
Las autoridades barajan actualmente dos líneas principales de investigación para esclarecer cómo llegaron esos temas a los altavoces del mercado:
1. Fallo interno: El diario Bild señala que el origen podría estar en una memoria USB propiedad de la empresa encargada de la instalación del sistema de audio.
2. Sabotaje: No se descarta que terceras personas lograran conectarse de forma inalámbrica a la red de megafonía para boicotear el evento.
Ante la gravedad de los hechos y la imposibilidad de garantizar que no volviera a ocurrir, el director municipal, Frank Thielebeule, ordenó apagar y desmontar por completo el sistema de sonido el domingo por la mañana. «Es un desastre. Siempre hemos tenido un mercado tranquilo y ahora somos noticia por esto», lamentó.
Consecuencias legales
La policía ha confirmado que las diligencias se centran en presuntos delitos de incitación al odio y vulneración de la Ley de Protección de la Juventud. Por su parte, el Ayuntamiento de Otterndorf ha emitido un comunicado oficial distanciándose de cualquier forma de extremismo y asegurando que cooperarán plenamente con la justicia para identificar a los responsables.
Este incidente ha puesto en alerta a otros organizadores de mercadillos en Alemania, un país donde la exhibición de símbolos y propaganda nazi conlleva severas penas de prisión.
















