Endrick ya es oficialmente jugador del Olympique de Lyon, en calidad de cedido hasta el 30 de junio, sin opción de recompra. Con tan solo 19 años, el delantero brasileño busca espacio para brillar, disputar el Mundial y regresar al Real Madrid con el protagonismo que le ha sido esquivo desde su llegada, primero con Ancelotti y luego con Xabi Alonso.
El movimiento de Endrick supone un riesgo histórico. Desde Grosso, ningún delantero cedido por el Madrid ha logrado regresar para dejar una huella significativa en el primer equipo. La lista de futbolistas que lo han intentado es amplia: desde Álvaro Rodríguez, Latasa y Borja Mayoral hasta Morata y Sebastián Losada, pero casi todos terminaron siguiendo un camino sin retorno.
Casos como Luka Jovic o Mariano ilustran los desafíos de la cesión para un atacante madridista: mientras Jovic nunca cumplió las expectativas y regresó sin protagonismo, Mariano volvió tras un traspaso con opción de recompra, pero su rendimiento fue irregular. Morata ha sido la excepción más destacada, regresando de la Juventus para formar parte del exitoso equipo de Zidane en 2016-17, antes de emprender un adiós definitivo.
La historia reciente también recuerda a goleadores como Soldado, Portillo, Urzaiz, Morientes o Eto’o, quienes intentaron abrirse paso tras cesiones que no siempre desembocaron en oportunidades reales. Grosso, en los años 60, sigue siendo el caso más cercano a un éxito, destacando tanto en el Atlético como en el Madrid tras su cesión.
Ahora, Endrick afronta su propio desafío: demostrar en Lyon que merece un lugar en la delantera blanca, dominada por Mbappé, y romper un patrón que se ha mantenido durante décadas en la Casa Blanca. El mundo del fútbol observa con expectación si el joven brasileño será capaz de escribir un capítulo diferente en la historia de los delanteros cedidos por el Real Madrid.


















