La reciente entrada del Gobierno de Marruecos en el accionariado de la corporación de Vicente Boluda, principal operador marítimo de España, ha generado una profunda preocupación en el sector estratégico nacional. La operación se interpreta como una consecuencia directa de la hoja de ruta marítima pactada entre Pedro Sánchez y su homólogo marroquí, Aziz Akhannouch, el pasado 4 de diciembre.
A diferencia de la férrea defensa desplegada por el Ejecutivo español ante la entrada de capital árabe en Telefónica, en esta ocasión la reacción ha sido de absoluto respaldo, facilitando el acceso de Marruecos a infraestructuras clave.
Las claves de la operación: Marsa Maroc y Boluda
La empresa pública marroquí Marsa Maroc ha adquirido el 45% de la gestora de terminales de Boluda. Aunque el anuncio oficial se realizó el 16 de diciembre, el Consejo de Administración marroquí ya había autorizado la compra el 19 de noviembre, apenas dos semanas antes de la cumbre bilateral entre ambos países.
• Contraprestación pactada: En el sector portuario se considera que esta entrada accionarial es parte de los acuerdos políticos alcanzados en la última Reunión de Alto Nivel.
• Acceso a Europa: El acuerdo firmado anima explícitamente a las empresas marroquíes a invertir en España como vía de acceso prioritaria a la Unión Europea y América Latina.
El impacto en los puertos españoles: Algeciras, Valencia y Barcelona
Uno de los puntos más polémicos del pacto es el compromiso de España para financiar infraestructuras logísticas y portuarias en Marruecos. Esta decisión es especialmente sensible debido a la competencia que puertos como Tánger Med ejercen sobre los españoles:
1. Impuestos ETS: Los contenedores que llegan a puertos europeos pagan tasas por emisiones. Si utilizan puertos marroquíes como centros de distribución, eluden estos impuestos, lo que resta competitividad a Algeciras, Valencia y Barcelona.
2. Pérdida de transbordo: La financiación española de corredores marroquíes podría incentivar el desvío de tráfico de mercancías hacia el norte de África.
Otros puntos de conflicto en el acuerdo
Además de la materia portuaria, la declaración conjunta entre España y Marruecos abre otros frentes de fricción:
• Transporte terrestre: Se estudiarán proyectos de formación y movilidad para que conductores marroquíes operen en España, un sector que ya vive tensiones por el denominado «puente de Marruecos».
• Industria Automovilística: El acuerdo apuesta por potenciar la industria del automóvil en Marruecos, lo que podría suponer una amenaza directa para las plantas de producción ubicadas en territorio español.
• Digitalización y Ciberseguridad: España y Marruecos trabajarán en armonizar sus sistemas de información aduaneros y portuarios, integrando protocolos de ciberseguridad conjuntos.
















