El 29 de octubre de 2024, la provincia de Valencia fue golpeada por una devastadora dana que dejó un trágico saldo de 229 víctimas mortales. En medio de esta crisis, los bomberos fueron instruidos a las 14:42 horas a retirarse del barranco del Poyo y otras áreas afectadas, según evidencian las comunicaciones de este cuerpo de emergencia.
Radio Nacional de España ha tenido acceso a audios grabados durante la situación de emergencia, que muestran claramente que los bomberos que monitorizaban el barranco del Poyo y el río Magro recibieron la orden de retirarse. Sin embargo, la procedencia de dicha orden permanece sin aclarar, lo que ha suscitado múltiples interrogantes sobre la coordinación de las operaciones de rescate durante la crisis.
Las grabaciones provienen del sistema Coordcom, conocido como la ‘caja negra’ del Centro de Coordinación Operativo Integrado (Cecopi). Estas comunicaciones incluyen casi un centenar de conversaciones entre los bomberos y sus superiores entre las 12:00 y las 15:30 horas. De acuerdo con la jueza de Catarroja, quien investiga la gestión de la riada, estas grabaciones están siendo incorporadas como evidencia en la causa.
En dichas conversaciones, varios bomberos reportan inundaciones, personas atrapadas en vehículos, la caída de árboles, y otros desastres causados por la dana. Un punto crítico fue cuando se comunicó que el río Magro había desbordado su cauce a su paso por la localidad de Carlet, lo que incrementó la urgencia de las labores de rescate.
A pesar de la crítica situación, los audios demuestran que los bomberos recibieron instrucciones claras para retirarse, una decisión que ha generado descontento entre los operativos que se encontraban en primera línea enfrentándose a las consecuencias de la tormenta. Ellos aseguraron que dejaron de vigilar el barranco porque Emergencias no dispuso que permanecieran allí pese a la gravedad de la situación.
Desde Emergencias había conocimiento de la emergencia y del inicio de rescates en Utiel, como se confirma en uno de los audios donde un miembro del operativo indica que su unidad se trasladaba a esta localidad para asistir en la crisis. La respuesta que recibió fue positiva, señalando que «están entrando muchos servicios«. Esta respuesta sugiere que la presión era alta para movilizar recursos antes de que la situación se tornara irreparable.
El sargento coordinador del Consorcio Provincial de Bomberos de Valencia declaró ante la jueza el 4 de noviembre que la decisión de retirarse del barranco del Poyo se tomó después de que realizaron las mediciones pertinentes y porque no había ninguna indicación de que debían permanecer en la zona. Su relato pone de manifiesto una posible desconexión entre el personal operativo y la coordinación ejecutiva.
Un bombero, en su testimonio, subrayó que la falta de órdenes por parte de Emergencias fue el motivo esencial para dejar de vigilar el barranco del Poyo. Esto introduce la crítica necesidad de una mejor comunicación y protocolos más claros en situaciones de emergencia para evitar que decisiones equivocadas pongan en peligro vidas.















